El Ciclo de conciertos «Manuel de Falla» continúa su andadura por la Canción Española y la Copla. El próximo viernes, 19 de enero (20:30 h), en la Casa de Granada en Madrid, se recordará la figura del gran Miguel de Molina. Esta tercera entrega estará protagonizada por el cantante Manuel de Segura, continuador y conocedor a fondo de la vida y obra del cancionero malagueño, y estará acompañado por la guitarra de Pablo San Nicasio
Mito sagrado de la Canción española, como lo definió el flamencólogo Jose Blas Vega, Miguel de Molina nace en Málaga en 1908, en el seno de una familia muy pobre, y muy temprano deja el colegio para ayudar económicamente a su madre. «Yo llegué al mundo en una España en la que reinaba Alfonso XIII y en una Andalucía en la que quienes «gobernaban» eran la pobreza, el hambre, los terratenientes, la ignorancia.» (Miguel de Molina)
Con 14 años (1922) empieza a trabajar en una mancebía (casa de prostitución) haciendo la limpieza, la compra, etc… La dueña decide llevarle a Granada a ver el Concurso de Cante Jondo impulsado por Manuel de Falla y Federico García Lorca. «Aquello fue maravilloso… Y tuve la oportunidad de ver por primera vez a Federico. Yo tenía 14 años y él 24…sentí una extraña fascinación por aquél hombre…» (Miguel de Molina).
A finales de los años 20 se traslada a Granada, luego a Sevilla y en 1930 a Madrid, donde trabaja de camarero y guarda-carterista en Villa Rosa, y empieza a alternar con figuras como Pepe de Badajoz o Rita Ortega. De la mano de Ofelia de Aragón hace sus primeras apariciones como bailarín en el Teatro Romea de Madrid. A finales de 1933 le presentan a Federico García Lorca.
«…Federico me tomaba un poco a broma…le divertía mi forma de ser…él vivía en un mundo intelectual muy distinto…Además, estaba fascinado con Sánchez Mejías, el torero y marido de la Argentinita…tan fascinado como yo lo estaba con él.» (Miguel de Molina)
En 1934 pasa del varieté al teatro de ópera y ballet interpretando El Amor Brujo de Manuel de Falla, primero con Encarnación López La Argentinita y posteriormente con Antonia Mercé la Argentina. Crea la figura del cancionero en una época donde los hombres apenas cantaban, a excepción del flamenco. Pasó casi toda la guerra civil en Valencia y en noviembre de 1939 recibe una tremenda paliza por parte de tres personas en los altos de la Castellana, en Madrid. En 1940 actúa en el Teatro Cómico de Madrid organizándose un formidable escándalo entre partidarios y detractores. Emigra a Argentina, México y previo paso por España, vuelve a Argentina en esta ocasión protegido por Eva Perón, donde se queda para siempre. Muere en 1993 poco después de recibir la orden de Isabel la Católica.
El próximo 19 de enero en la Casa de Granada de Madrid, la espléndida voz de Manuel de Segura, junto a la guitarra de Pablo San Nicasio, nos contará y nos cantará mil avatares de este, como dijo el gran José Blas Vega, Mito sagrado de la Canción española.
«Mito sagrado de la canción española…Discutido, odiado, venerado. Imaginativo. Arrogante. .. Ingenioso. .. Apasionado. Provocador…Descarado. Imitado hasta la saciedad, pero inimitable…Triunfador de todos los públicos. Escandalizador de la burguesía…Audaz en el vestir…Maestro en la dicción…El más personal intérprete de la canción…Se llama Miguel de Molina» (José Blas Vega)
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