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Con el baile vamos p’alante

Como decía Miguel de Candela: “Nada es eterno.” El tiempo cambia, y el flamenco también. Cuando uno se da cuenta, ya todo ha cambiado: la generación de artistas, las tendencias, la manera de comunicarse… A veces es necesario detenerse y reflexionar. Por Kyoko Shikaze, periodista y escritora. Foto Manuel Liñán por Pablo Lorente.

Últimamente, me llaman más la atención los espectáculos de baile que un simple recital de cante o de guitarra. Aunque, claro, hay recitales que emocionan, como el de Jesús Méndez en la Bodega de los Apóstoles dentro del Festival de Jerez de este año, o los conciertos en solitario de Alfredo Lagos en Sevilla (2021 y 2022), sin más acompañamiento que su guitarra.

Así como Paco de Lucía abrió caminos para otros guitarristas, lo que inició Israel Galván a finales del siglo pasado ha dado una libertad inmensa a quienes vinieron después. Hoy, los artistas flamencos pueden expresarse rompiendo antiguas reglas. No hace falta encadenarse a leyes imaginarias: el arte es libre. Puede absorber otras músicas, otras danzas, inspirarse en cualquier cosa. Los artistas tienen total libertad para expresarse con sus conocimientos.

Rocío Molina presenta dos estrenos absolutos en La Bienal de Flamenco de Sevilla

Rocio Molina y Riqueni por Pablo Lobato

Carnación, de Rocío Molina, estrenada en 2022, es la obra cumbre de ese camino. Aunque ella misma declaró que se trata de una performance, fue más que espectacular. Para mí, es la mejor obra flamenca de la última década. Rocío ha creado también otras piezas más flamencas, como su Trilogía de la Guitarra (2020–2021). Ella hace lo que le da la gana en cada momento, y sabe muy bien lo que quiere. Eso es importante. Cada obra es completamente distinta. Te guste o no, eso ya es parte de la libertad del público. Lo que nunca falla es su calidad como espectáculo.

Viva de Manuel Liñán

El último gran hit maker del flamenco es, sin duda, Manuel Liñán. ¡Viva!, estrenada en 2017, sigue de gira por el mundo. Y en 2024 ha ganado el premio Talía con Muerta de Amor, una obra con aires de musical. Son espectáculos vibrantes, teatrales, pensados para el gran público. Aunque, personalmente, prefiero Reversible (2016), por cuestión de gusto.

Alter ego con Alfonso y Patricia

Quien me sorprendió gratamente fue Alfonso Losa. Primero, bajo la dirección de Estévez y Paños en Flamenco, espacio creativo (2021), y luego junto a otra figura única —otro bicho— como Patricia Guerrero, en Alter Ego (2023). Nos mostraron un baile flamenco actual, con respeto a la tradición, técnica impecable, lleno de detalles y de buen gusto… Una obra perfecta.

Hoy, el núcleo del flamenco está en el baile. Y un gran baile siempre va acompañado por los mejores músicos. Muchas veces, los cantaores “de atrás” superan a los “de alante”; no tienen nada que envidiarles. Sin David Lagos y Alfredo Lagos,  por ejemplo, sería imposible imaginar obras memorables como Fandango! de David Coria o Rayuela de Marco Flores. Aunque de una década anterior, La Edad de Oro de Israel Galván también sería otra cosa sin ellos.

Tampoco serían lo mismo las magníficas creaciones de Mercedes de Córdoba, como Sí Quiero (2022) o Ser, Ni conmigo ni sin mí (2018), sin Juan Campallo y Jesús Corbacho; o joyas como Nacida Sombra (2017), Nocturna (2022) y Creaviva (2024) de Rafaela Carrasco, sin Jesús Torres y Antonio Campos. ¿Cómo imaginar a Eva Yerbabuena sin la guitarra de Paco Jarana, o a Manuela Carrasco sin Enrique el Extremeño?

Y más: nombres como Juan José Amador, Rafael Rodríguez, Chicuelo, El Londro, Pepe de Pura, Sandra Carrasco, El Galli, Moi de Morón, Miguel Lavi, Eugenio Iglesias, Paco Iglesias, Dani de Morón, Manuel Valencia, José Valencia, Juan Requena, Rubio de Pruna,Miguel Ortega, Alfredo Tejada, Pino Losada, Antonia Jiménez, Jesús Rodríguez, Matías López, Gema Caballero, Ismael de la Rosa, Ángeles Toledano, Ezequiel Montoya, Iván Carpio… Todos ellos me han sacado un “olé”, con voz o sin ella, muchas veces cuando están actuando en espectáculos de baile. Son artistas de primer nivel y sostienen el arte del baile flamenco. Algunos crean sus propios espectáculos y ofrecen recitales como solistas, dentro y fuera de España. Varios tienen discos en solitario, con temas compuestos o inspirados en los espectáculos de baile en los que han participado.

No se puede hablar del flamenco actual sin ver el baile en los teatros y en los tablaos.
Así lo pienso yo.
Con el baile vamos p’alante.

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