Nuestra identidad se forja también a través del cante. Las mujeres gitanas somos el motor y la garantía de la preservación de nuestra cultura. Después de siglos de intentos de borrar nuestro conocimiento y arrancarnos nuestras raíces culturales, los gitanos y las gitanas hemos conservado dos elementos esenciales que nos han acompañado desde que partimos de la India hace más de mil años: la musicalidad y la oralidad. Estas no son solo herramientas de expresión, sino pilares de resistencia y transmisión de nuestra historia. Por Federación de Asociaciones de Mujeres Gitanas, FAKALI. Cuadro Pastora de Manuel Benedito. Fundación Manuel Benedito
Cada creación musical romaní lleva en su esencia un eco de nuestra herencia y de nuestra historia, de nuestras fatigas y de nuestras duquelas, pero también de nuestro amor por la vida. A través del cante, tejemos nuestra memoria colectiva, convertimos el dolor en arte y transformamos la opresión en belleza. El flamenco no es solo música; es un lenguaje sagrado que nos recuerda quiénes somos y de dónde venimos.
En el Día Internacional de la Mujer, queremos honrar y rememorar a nuestra tía Pastora Rojas Monje, más conocida como Pastora Imperio. Desafió las normas establecidas, demostrando que las mujeres podían ser dueñas de su propio destino en un mundo que les imponía límites estrictos. Su estilo combinaba la tradición con una personalidad arrolladora que la hizo destacar en un panorama dominado por figuras masculinas.
Pero Pastora Imperio no solo fue una estrella del flamenco, sino también una mujer que luchó por sus derechos. En una época en la que el divorcio era impensable y las mujeres estaban relegadas a un segundo plano, ella se separó de su marido, el torero Rafael el Gallo, desafiando las normas sociales de su tiempo. Este acto de valentía marcó un precedente importante en una España en la que se avecinaba una guerra civil y cuarenta años de dictadura, donde la tradición familiar y el papel de la mujer estaban profundamente arraigados en esquemas conservadores.
Además, Pastora Imperio se involucró en la lucha por los derechos de las mujeres. Fue una de las figuras que pidió el voto femenino en España, una causa que finalmente se materializó en 1931 gracias a la lucha de feministas como Clara Campoamor. Su influencia como artista le permitió dar voz a una causa que cambiaría el rumbo de la historia de España y de las mujeres de su tiempo.
Un referente para las mujeres gitanas
Fotograma de Pastora @NODO
Para las mujeres gitanas, Pastora Imperio representa un símbolo de lucha y de libertad. En un contexto donde las tradiciones pueden ser rígidas en cuanto al papel de la mujer, su historia muestra a la sociedad mayoritaria -porque las gitanas ya lo saben- que el feminismo y la identidad gitana no sólo no se riñen, sino que van de la mano.
Hoy en día, su legado sigue vivo en el flamenco y en la memoria de quienes ven en ella un ejemplo de independencia y talento. Pastora Imperio no solo fue una artista excepcional, sino también una mujer que desafió su tiempo y abrió caminos para las generaciones futuras.
¡OPRE ROMNJA! ¡VIVA LA LUCHA DE LAS MUJERES GITANAS!