Entrevista en el Festival de San Lorenzo 2024
– David, este año presentas un espectáculo muy especial (y estreno en Madrid), en un espacio muy singular: una antigua galería de una mina reconvertida en teatro al aire libre en el Puerto de la Cruz Verde, ¿qué verán los espectadores en este espectáculo que resume tu trayectoria como creador del flamenco en los últimos 25 años?
En esta ocasión llevaré a Madrid una formación con la que no he estado en otras ocasiones. De hecho, solo una percusión me acompañará en el camino,. Este espectáculo se titula UFAP, que son las siglas de Un Flamenco Al Piano y hace referencia a la actitud que los músicos flamencos tenemos ante la música y ante nuestro instrumento. Soy un pianista donde tengo ligado, de forma indivisible, la expresividad y emoción del flamenco tatuado desde mi cuna. Y puede ser este formato, donde se expresa con mayor libertad y mayor juego de improvisación.
– Eres uno de los músicos más personales y creativos del flamenco. ¿Qué peso e influencia tienen tus raíces flamencas en tu música? Y en este sentido, ¿cuáles han sido las influencias al tocar con otros músicos y géneros en la creación de tus propuestas?
Yo entiendo la genética como vivencias, como cuna, como vida, como aprendizaje natural desde pequeño cuando somos esponjas… cuando todo lo aprendemos de esa forma en la que solo siendo niños podemos aprender, de esa forma intensa y tan significativa…. como los idiomas que se instalan en tu mente sin saber ni como ni porqué pero ya son tuyos, ya eres tú. Esa genética es una parte importantísima y mayoritaria en mi música. Cierto que a mí me mueve la curiosidad, me gusta andar caminos que no han sido andados y buscar caminos alternativos a la expresión musical, pero mis composiciones tienen que estar ligadas a la tierra, a la raíz, al sentido, al mensaje, a la veracidad del discurso y a mi denominación de origen. Quizás por ello no soy músico de versiones, ni de standares de jazz ni de otras músicas, ni de fusiones. Para mi, la música en algo tan elevado, que requiere tanto mimo, tan delicado que necesita de una actitud de contemplación reflexiva de uno mismo. Siempre pienso que hay formas que aun no se han dado ni hecho en las artes. Las busco y cuando las hallo las utilizo. Si eso es ser revolucionario quizás lo sea, pero aun así pienso que me queda tanto por hacer, que aun no se ciñe esa palabra a mis haceres diarios. Cuando toco con otros músicos, lo que menos me importa es analizar las formas y estructuras de sus músicas, lo que me enriquece es todo el bagaje que su cultura ofrece.
– Has colaborado con múltiples artistas del flamenco, del jazz, del clásico, ¿qué experiencias y artistas te han marcado más en estos 25 años de trayectoria?
He tenido muchos encuentros pero destacaría a Renaud García-Fons en el que destacaría la compenetración, rigurosidad y predicción a la que hemos llegadosobre el escenario, a los Taksim Trio, juntos hemos conseguido enriquecer nuestros lenguajes de una forma extraordinaria y alcanzar momentos de verdaderos éxtasis musicales, a Tata Güines y ese tremendo sabor del tiempo cubano, a Yehudi Menuhin y sensibilidad estratosférica, por citar algunos… pero tengo magníficos momentos vividos con todos.
– En estos años, ¿cómo ha evolucionado el flamenco, tu propia creatividad y cómo ha evolucionado el público que asiste a tus conciertos? Y en este sentido, ¿crees que el flamenco está valorado en su justa medida?
Tengo un público fiel, que sigue conmigo a lo largo de los años, atento a cada obra nueva, en cada concierto y además está llegando un público joven, músicos en su mayoría, estudiantes que les interesa mucho mi forma de componer, de abordar el piano flamenco y la visión que tengo de obras orquestales. Conforme avanzo en la vida, avanzo en serenidad. El encuentro con uno mismo es de las mejores cosas, creo, que le puede pasar a los músicos. El lenguaje también avanza porque se van adquierendo cada vez más vocablos. Respecto a la pregunta que me haces sobre “el flamenco”, el flamenco es mucho más que una música, parece un tópico pero es real. ¿Por qué? Porque rápidamente delata cuando está vacío, cuando solo son formas musicales. El pentagrama flamenco es casi como una sesión de psicología, uno se abre en canal, araña dentro en su alma y vuelca y traduce lo que encuentra en forma de música.
– Tú provienes de una familia muy flamenca de raíces gitanas (los Peña de Lebrija). En el contexto actual, ¿crees que tienen las mismas oportunidades para desarrollar su arte los músicos gitanos?
Yo no he sentido que nosotros los gitanos tengamos menos oportunidades para desarrollar nuestro arte, la verdad. Siempre me he sentido querido y respetado en todos sitios donde he ido.
– ¿Nos puedes hablar de tus proyectos? Gira, discos, colaboraciones…
Estoy a punto de estrenar un nuevo trabajo, muy diferente a nada que había hecho antes. Se llama “Scarlattianas”. Es una especie de tributo a Domenico Scarlatti. Estaré tocando el clavicordio y me acercaré a algunas de sus obras, concretamente las composiciones que se comprenden en su estancia en Sevilla, donde se destacan rasgos muy flamencos en el método que usó el compositor para generar tensión en sus obras, el uso del tono napolitano como tono melódico puro, en total disonancia con el acorde utilizado en el bajo, recurso que se usaba inconscientemente en el flamenco, pero que Scarlatti comprendió y aplicó a su composición. En torno a 1730 “la música” estaba circunscrita sólo adeterminadas clases sociales y se entendía como actividad culta y signo de distinción. Scarlatti alucina con los gitanos de Sevilla y lleva la música flamenca a los oídos de la Corte del rey Fernando VI, dándole un impulso hasta entonces impensable. Será un verdadero placer yuxtaponer sus sonatas con nuevas creaciones del siglo XXI, en manos ahora de un músico flamenco.