Esperanza Fernández, una de las grandes cantaoras del flamenco actual, se encuentra en un momento de plenitud en su carrera (cumple 30 años en los escenarios), con destacados proyectos que verán la luz en breve. En esta entrevista concedida a Zoco Flamenco durante las Jornadas Flamencas de Valladolid comenta sus próximos trabajos discográficos, uno con músicos cubanos y el otro grabado en las peñas flamencas e incluido en el documental «Se prohíbe el cante”, dedicado a las peñas. Por Fernando Pastor. Foto: Luis Matilla.
- Es usted de Triana, nada menos. Una de las cunas del cante.
Los cantaores, las vivencias, los patios de Triana… han supuesto una gran influencia. Mi abuelo y mi padres me lo contaban y yo cerraba los ojos para vivirlo tal y como me lo estaban contando. Eso influyó en mí, y la otra influencia es la genética: lo llevo en los genes.
- Así se explica su inicio en el flamenco desde muy joven. Además siendo hija de Curro Fernández y Pepa Vargas…
Desde muy pequeña, sí. Hay una letra muy bonita que me hizo José de la Tomasa que siempre llevo por bandera y que dice “desde el vientre de mi madre, nací cantaora, con el compás de su sangre”. Esa es la realidad, desde muy pequeña tenía claro que iba a ser artista. Ya empecé a hacer cositas con mis hermanos en las fiestas del colegio, en las veladas en Sevilla…. Al principio era como un juego, hasta que me fui profesionalizando y a tomarlo más en serio. Mi padre se dio cuenta de que teníamos un potencial y nos orientó a trabajar en lo que queríamos hacer.
- En su carrera ha trabajado con grandes figuras.
Sí, he tenido esa suerte. Empecé con mi padre y luego he trabajado con Mario Maya, Paco de Lucía, Camarón de la Isla, Fernanda y Bernarda de Utrera, Terremoto, etc.
- En esa carrera ha obtenido numerosos premios.
Todos han sido recibidos con orgullo, ya que suponen la recompensa a esa labor que he hecho. Es muy agradable que se reconozcan todos los esfuerzos que hacemos los artistas. Tener un premio en casa y mirarlo para tener más fuerza para seguir adelante, ya que el flamenco es como la vida misma, es un trabajo continuo que nunca se acaba, hay que seguir trabajando, investigando…y esos premios sirven mucho para eso.
- Ese trabajo impresionante suyo se ha plasmado en algunos discos.
No tengo muchos, ya que considero que si no tengo nada que decir, no quiero hacer un disco cada año o cada dos años solo por hacerlo. No me han hecho falta para trabajar. Cuando realmente he tenido algo que contar he grabado un disco para poderlo contar. El primero se tituló “Esperanza Fernández”; el segundo “Recuerdos”, que fue nominado a los premios Grammy Latino, luego “Mi voz y tu palabra”, que es un disco homenaje a José Saramago; colaboraciones en discos como “Amor Brujo” con orquestas internacionales. Y ahora está a punto de salir un disco con el pianista cubano Gonzalo Rubalcaba, como homenaje al gran sonero cubano Benny Moré uniéndolo con un grande del flamenco como Manolo Caracol.
- También se refleja su gran trabajo en las giras internacionales.
Si. Japón, Rusia, etc., con una aceptación espectacular, porque en esos países hay una gran afición, aunque no lo parezca, y un respeto absoluto a nuestro flamenco.
- ¿Con qué palos se siente más identificada, o le gusta más interpretar?
Uff, me siento identificada con todos los palos. Si te digo un palo, por ejemplo las bulerías, que es con lo nací y me crié, porque mi madre me lo recalcaba desde muy pequeñita hasta para jugar, y para mí es un palo que lo tengo metido en mis entrañas desde que era muy niña, para mí cantar bulerías es como lo más normal del mundo, tan cotidiano como andar o comer. Por todo ello este palo es quizás con el que me siento más identificada, pero no quiero que me identifiquen siempre con las bulerías.
- Se encuentra en una etapa en que le va especialmente bien.
Siempre me ha ido bien, no me puedo quejar de nada. Van saliendo artistas nuevos y yo tengo la suerte de llevar 30 años en este mundo y no he decaído nunca porque soy una persona muy inquieta, estoy haciendo siempre cosas nuevas, investigaciones… y me siento muy orgullosa por ello. Es muy difícil mantener una carrera como la mía, con 30 años estando ahí sin perder ni un ápice de nada. En ese sentido me siento una persona con muchísima suerte, aunque nadie me ha regalado nada, todo me lo he ganado con mi esfuerzo.
- ¿Qué proyectos tiene en perspectiva?
El disco que comentaba con Gonzalo Rubalcaba y también otro disco de flamenco absolutamente tradicional que también saldrá en breve, hecho en todas las peñas de Andalucía, con colaboraciones muy especiales de artistas como Miguel Poveda, Tomatito, Arcángel, Rocío Márquez, Marina Heredia, Ana Morales, José Valencia, Jesús Méndez…, además del equipo que me acompaña siempre como Miguel Ángel Cortés (que es además el productor del disco), Jorge Pérez “El Cubano”, “La Limonilla”, mi hijo Miguel Fernández… Este disco saldrá muy pronto con un documental-película titulado “Se prohíbe el cante”, dedicado a las peñas.
- Hablando de peñas ¿prefiere actuar en grandes escenarios, o en tablaos, en peñas…?
Depende. En tablaos no he trabajado nunca. Yo eché los dientes en las peñas flamencas, ahí me fui curtiendo. Cuando la gente me fue otorgando un reconocimiento diferente llegué ya a los grandes teatros, y no tiene nada que ver una cosa con otra: las peñas es algo mucho más íntimo, el cante está más cercano, mientras los teatros son muy diferentes en cuestiones como megafonía, iluminación, escenografía, etc. Me gusta todo, porque una artista ha de ser también actriz, en el sentido de que en una décima de segundo tiene que cambiar su estado de ánimo en función del cante y del escenario, hay que moverse de forma distinta en una peña y en un teatro grande, etc. Las dos cosas son preciosas para mí, y me gustan.
- ¿Cómo ve el presente y el futuro del flamenco?
Muy bien. El flamenco es un arte que no se va a acabar nunca porque hay muchísima afición, aunque no vendría mal que la gente joven escuchara un poco más flamenco, que miren la raíz y conozcan de dónde viene, para que los cimientos sean fuertes.
- Las Jornadas Flamencas Ciudad de Valladolid de este año, en las que usted ha tenido protagonismo, estaban dedicadas al tema de la mujer en el flamenco, ¿cómo ve usted el papel de la mujer en el flamenco?
Maravilloso. Desde que Pastora “la Niña de los peines” luchó con fuerza y dejó a las mujeres el camino abierto, ya no tenemos nada que demostrar. Aunque nosotras también hemos tenido que luchar, ella lo tuvo mucho más difícil. Ahora nosotras hacemos las cosas por nuestros propios medios y sabemos muy bien dónde queremos ir y cómo queremos ir. Y ahí estamos: yo creo que es palpable lo que la mujer está consiguiendo en el mundo.