Marta Piñol y José Manuel Álvarez , la renovada dirección artística del Festival , que dará comienzo del 17 al 26 de octubre, nos avanza sus propuestas y novedades: «Nuestro objetivo es ofrecer una programación heterodoxa y acercarnos al público de la danza, a través de propuestas transdisciplinares. Cruzar el flamenco con otras artes como el circo, la ciencia o la fotografía, a la vez que dar espacio para la creación y la experimentación, es una oportunidad para seguir llegando a nuevos públicos. Pensamos que Barcelona, como ciudad diversa y cosmopolita, y con una vinculación histórica con el flamenco, es una ciudad propicia para descubrir también espectáculos que se están viendo en otros festivales de referencia».
La dirección artística de un festival emblemático como Ciutat Flamenco es un gran reto, ¿qué representa y qué objetivos os habéis marcado?
El Ciutat Flamenco llega a su 32º edición con lo que efectivamente, es un gran reto. Cogemos el relevo a David Leiva, que hizo un gran trabajo acompañando sobre todo a músicos y compositores, y que supo llegar a un público diverso de la ciudad.
Nuestro objetivo es ofrecer una programación heterodoxa y acercarnos al público de la danza, a través de propuestas transdisciplinares. Cruzar el flamenco con otras artes como el circo, la ciencia o la fotografía, a la vez que dar espacio para la creación y la experimentación, es una oportunidad para seguir llegando a nuevos públicos. Pensamos que Barcelona, como ciudad diversa y cosmopolita, y con una vinculación histórica con el flamenco, es una ciudad propicia para descubrir también espectáculos que se están viendo en otros festivales de referencia.
El programa pone el foco en el baile flamenco y la vanguardia, ¿qué novedades en este sentido se van a plantear?
Hemos hecho una apuesta por propuestas de baile en las que la dramaturgia tiene un peso importante como La Familia de Julio Ruiz, que se gestó en el CND de París, siendo el primer bailaor y coreógrafo becado por esta institución. O la propuesta de Sara Jiménez, Ave de Plata, que reflexiona sobre el acto paradójico de morir y dar muerte. O el espectáculo inaugural de El Choro, que cuenta con la asesoría de Ernesto
Artillo y Rocío Molina.
También hemos querido dar espacio a la apertura del proceso de creación de la próxima pieza de Vanesa Aibar. Desde Ciutat Flamenco la hemos puesto en contacto con Taller Estampa, un colectivo muy interesante de la ciudad, que trabaja en entornos digitales y en esta ocasión compartirá con Aibar un dispositivo lumínico.
Por otro lado, Ciutat Batalla es un nuevo concurso coreográfico con un formato atrevido. Empezó con una preselección en Instagram, y las artistas seleccionadas, además de presentar su coreografía, tendrán que improvisar con cante, guitarra y percusión. Por último tendremos una programación compartida con 3 piezas cortas de las creadoras Marta Nogal, Miranda Alfonso y Naya Binghi, junto con la muestra de una pieza participativa creada por Aina Núñez con un colectivo del CC Zona Nord. Este espacio se encuentra en Ciutat Meridiana, es un centro de dinamización cultural en un barrio limítrofe de la ciudad, y las participantes han adquirido un compromiso semanal para formar parte de la creación.
Otra novedad del festival importante es la colaboración y salida a los barrios, se trata de crear afición o de cubrir demanda: hay nuevos espectadores de flamenco en Barcelona? Ahondando, la nueva edición de Ciutat Flamenco está pensada de manera local o la idea es que traspase fronteras y atraiga a un público de otras zonas?
Movilizar al público local es sin duda una de las prioridades. El flamenco es un gran desconocido para parte de la ciudadanía, que a fecha de hoy, lo sigue identificando con el turismo o como puro entretenimiento. Conocemos una Barcelona abierta y mestiza, a la que le gustan las propuestas arriesgadas, pero también una Barcelona que tiene el flamenco en sus raíces o en la Barcelona migrada del S.XX. Queremos pensar que hay espectadores habituales de otros géneros culturales, que con propuestas adecuadas, se pueden ir acercando al flamenco y modificar su punto de vista. Una vez dentro del flamenco, ¡ya no se sale!.
Más allá de las visitas puntuales de artistas de renombre que llenan salas con todo tipo de públicos, hay comunidades de aficionados. Los aficionados suelen buscar la fórmula para ver flamenco y el festival es un espacio para ellos. Por ello y para fomentar el encuentro, el programa está diseñado para que el público asista a ver más de una propuesta y termine tomando algo en un espacio distendido mientras escucha una sesión Ducksession o Charly Brown. Nos interesan también los curiosos, los que ocasionalmente han visto flamenco o propuestas atravesadas por el flamenco. A estos los queremos afianzar. Y a medio plazo, porque no, traspasar fronteras. Barcelona es una ciudad muy atractiva y el festival tiene solera suficiente para atraer a público internacional.
¿Qué concepto y visión tenéis del flamenco y queréis trasladar?
El flamenco es inabarcable e inagotable. Queremos acompañar al público en este descubrimiento desde una variedad de propuestas, que pese a estar casi todas en la llamada línea de vanguardia, no dejan de ser distantes entre ellas. Esto no va de estar en el saco de la vanguardia o en el de la tradición. Para nosotros va de poner en valor los procesos de creación profundos, donde hay una investigación en los lenguajes del movimiento. Donde hay una curiosidad por expandir el flamenco. Esta visión no implica menospreciar otro tipo de propuestas, como decíamos antes, el flamenco es inagotable. Puedes seguir ahondando en la tradición, que nunca verás el fondo del pozo. Se suele hablar de artistas emergentes. Diríamos que nuestra apuesta es por la de artistas emergidos, con más de dos producciones a su espaldas y con ganas de seguir rebuscando.
5.- En cuanto a la evolución del flamenco, en qué ramas se está evolucionando más: cante, guitarra, baile…?
Todas las ramas están evolucionando, pero la evolución nace a la vez de una reivindicación compartida entre muchos artistas, la de abandonar las etiquetas distantes de tradición y vanguardia. Con el baile es más evidente porque la evolución es visible. El cruce con otras disciplinas de la danza lo hace más visible. En el caso de la música, la electrónica irrumpió con fuerza, pero de eso ya hace más de una década. Esta ida y vuelta a las raíces, transformando la puesta en escena o la indumentaria, las estructuras musicales o cuestionando los códigos, es constante en el flamenco. Hay quien lo pone de manifiesto y quien lo hace casi sin darse cuenta.