Nos une el calor que me dice hace en Jerez y el calor del flamenco que siempre por muy alejados que estemos nos acerca, Charlar con Paco Cepero es estar frente a la historia, escucharle hablar sobre Camarón, de su amistad desde muy jóvenes, fraguando una admiración reciproca que se convirtió en un cariño para toda la vida y que aún perdura a pesar de la ausencia del gran cantaor de la Isla.
¿Qué puedes decirnos de José Monge que no se haya dicho?
Muy difícil, pero diré lo que fue, una gran persona, se podía intuir que sería un antes y un después en el flamenco, tenía mucha sensibilidad y era un músico innato, siempre escuchando, estudiando los cantes, fue muy tímido pero tenía don de gentes, se podría decir que era rey de sus silencios y esclavo de sus palabras, cuando cantaba ponía en el fuego toda una sabiduría que le llego desde lo más hondo, desde su infancia, acunado con el arrullo flamenco de su madre y con una vida cargada de memoria flamenca. Nos conocimos en Jerez y la conexión fue instantánea.
¿Era fácil tocar para el, quiero decir, tenia sus predilecciones?
Siempre fue un placer acompañarle, era un profesional y derramaba un gusto sobre los cantes que le hicieron único, los doto de una dulzura amarga que todavía hacen, al que los escucha,sentirse sobrecogido, yo continuo escuchándole muy a menudo y todavía su pellizco es intenso, Camarón está vivo, se puede sentir su latido.
¿Tenía alguna superstición a la hora de grabar o de cantar en directo?
A pesar de su mentada timidez José tenia alma de artista, una vez se sentaba el mundo giraba para el en otra esfera, daba lo que él era consciente que tenía, su cante, su sentimiento, por eso su público le adoraba y podían pasarse mucho rato esperando para que el pusiera su mano en la cabeza de los niños, su pueblo gitano siempre le tuvo como un patriarca y volcó toda su pasión en su figura, los no gitanos también se rindieron ante un cantaor que rompía moldes, le daba aire nuevo a una forma de arte que hasta entonces estaba envuelto en una niebla de ignorancia por gran parte del público, cuando Camaron salía a cantar,el silencio colmaba el espacio, se estaba como en una especie de ritual y el respeto y admiración que causaba se podía respirar en estas mágicas reuniones.
¿Cómo vivió Camarón esa avalancha de éxito?
Él era una persona sencilla, no tenía más objetivos que el de disfrutar de las pequeñas cosas que trae la vida, la charla agradable, echar el ratito, como decimos por aquí, fuera del ámbito profesional José era risueño, valoraba a las personas que no «roneaban» y a su familia por su puesto la adoraba, él se sentía feliz rodeado de sus niños, su paz, escuchando sus grabaciones y haciéndose sus escapaditas en busca de cantes añejos, siempre buscando, encontrando.
¿Qué aporto Camarón al flamenco?
Que aporto no, que aporta… Camarón continua siendo un referente en el cante, es un artista de los que sale uno entre millones, como Paco de Lucia, son personas que dieron al flamenco algo único y a la vez lo abrieron al mundo, a José se lo rifaban en los ambientes más bohemios, Mick Jagger le ofreció cantar para él y el gitano le dijo a su representante que él no cantaba «pa ningún gacho» que no supiera lo que escuchaba. Camarón canta universalmente, se escuchan sus grabaciones y suena de otra manera, no por la tecnología, sino porque su manera de hacer el cante era dolorosa pero dulce, tenía el don de llevar los cantes a su terreno pero sin apartarse de su esencia flamenca, también sus ganas de ir mas allá le hicieron rodearse de grandes músicos y experimentar con otros registros, los tiempos pedían nueva leña al fuego y el como hombre inquieto y con los oídos puestos en otras formas musicales quería aportar su esencia flamenca ,traída de la memoria, a un presente de nuevas tendencias.
¿Hay algún cantaor que te le recuerde o alguno que continúe su estela?
Bueno… cada artista tiene que encontrar su senda, hubo un tiempo en el que surgieron cantaores muy camaroneros, Duquende, Mayte Martin, ella fue en un principio muy de Camarón, hay muchos más pero como decimos uno tiene que encontrarse con su cante, no hay otra, en cualquier caso su cante ha quedado como un referente y se puede apreciar su eco en muchos artistas que aun siendo muy personales traen consigo su recuerdo, Con el toque ocurre algo parecido, Paco de Lucia abrió el tarro de las esencias y marco unas pautas que están ahí, pero es ley de vida que cada uno suene a sí mismo.
Paco Cepero, señor y alma de sonanta, es difícil dejar de hablar con él y no dejarse llevar por ese aroma Jerezano que desprende, pronto en algún rincón de su ciudad flamenca nos encontraremos, frente a un vino y su reflejo, para contarnos su última aventura discográfica y como no, su historia, una historia flamenca.
Pintura de Manuel Martín Morgado (Témpera sobre cartón, 2019)