Saltar al contenido
Rocío Segura

ROCÍO SEGURA: “PARA CANTAR HAY QUE PASAR FATIGAS”

Rocío Segura, Lámpara Minera 2000,  actuó en Valladolid el pasado día 24 de agosto, dentro del ciclo “DESPLAZADOS”, que organiza la Fundación Municipal de Cultura. La actuación tuvo lugar en un magnífico marco como es el Jardín de la Casa Zorrilla de Valladolid, lugar de nacimiento de José Zorrilla, por lo que se juntaron dos duendes: el fantasma de la abuela del poeta, que según la leyenda anda suelto por la casa, y el que puso la cantaora almeriense con su actuación.  Texto Fernando Pastor. Foto: Martín Guerrero.

  • Usted nace en el barrio de La Pescadería, de Almería,de gran tradición flamenca. Esta circunstancia habrá influido en su dedicación a este arte

Este barrio es el más flamenco de Almería, en él se respira flamenco. De él han salido la mayoría de los artistas almerienses.

  • Además su madre, Antonia López, impulsó el cante de la saeta en Almería.

Mi madre es cantaora. En mi casa siempre se ha escuchado flamenco. En las reuniones familiares siempre se ha cantado y bailado. Siempre se ha respirado este arte. Mi madre es una gran cantaora, una gran saetera.

  • Por todo ello, usted empieza muy pronto a cantar

En mi casa he cantado desde siempre. Y la primera vez que me subí a un escenario fue con 15 años, en el Festival de Almería. Me acompañó a la guitarra Juan Carmona Habichuela, lo recuerdo con gran cariño porque para mí fue un privilegio contar con un guitarrista de esta categoría, me trató con mucho cariño, me calmó los nervios antes de salir al escenario.

  • ¿De qué fuentes artísticas bebió?

La influencia en mi cante viene de los cantaores viejos: Pastora, La Perla de Cádiz, Chacón, Manuel Vallejo… toda esa baraja de cantaores de aquella época. Me gustan todos los artistas, pues de todos se aprende, pero mis fuentes son los cantaores de la época dorada del flamenco.

  • Su progresión fue magnífica y ya conocen su arte en el extranjero

He tenido la suerte de actuar en escenarios muy bonitos, en espectáculos muy importantes. Como Pirineos Sur en un homenaje flamenco a Leonard Cohen; fue muy bonito porque el escenario está dentro del agua, un escenario flotante en un paisaje maravilloso. He estado en Cuba, en Francia, en Marruecos, en Alemania, etc. En el extranjero respetan el arte de una manera increíble, viven el flamenco de una forma muy bonita.

  • ¿Prefiere los grandes escenarios o los tablaos y las actuaciones en peñas?

Es muy distinto. Con el paso de los años una va cambiando un poco. Me siguen gustando mucho las peñas, creo que son el alma del flamenco, donde se conserva el flamenco, donde se hacen los cantaores, se canta de tú a tú pues el público está más cerca y está todo más vivo, lo cual es muy importante ya que el flamenco es un arte de transmisión. Pero a mí me gustan también los escenarios grandes, los teatros; cuando salgo a un escenario y está el teatro lleno me encanta. Por eso me gustan las dos cosas.

  • En 2000 ganó la Lámpara Minera en el Festival Internacional del Cante de las Minas. La importancia de este premio es enorme por el impulso que supone en la carrera de cualquier artista que lo obtiene. Supongo que en su caso no será una excepción

Los concursos te dan mucho empuje, porque hay que estudiar bien los cantes constantemente para ir bien preparada. Se va con mucha ilusión, con muchas ganas, y también se tiene que aprender a llevar la frustración cuando no se gana, en ese caso te vas a tu casa y vuelves a hacerlo con más ilusión y más ganas. Los concursos enseñan mucho.

En cuanto a la Lámpara Minera, es una puerta enorme que se abre, pero hay que saber mantenerla y defenderla después, en el sentido de seguir trabajando igual; eso es lo más importante de cualquier premio: seguir trabajando para mantener el nivel; es la vida del artista, una lucha diaria.

  • ¿Algún otro premio de los muchos que jalonan su carrera tiene para usted especial consideración?

A todos los premios les tengo un gran cariño. El primero que gané fue en Huercal de Almería. También tengo en gran recuerdo un premio en Jumilla (Murcia), porque fui con mi padre conduciendo yo nada más obtener el carnet de conducir, tardé muchísimo, fue llegar y cantar, y gané el premio. También recuerdo con mucho cariño el Premio García Loca por granaínas.

Pero los concursos deben ser durante un tiempo, luego hay que dejarlos, retirarse de eso, según mi criterio.

  • ¿Con qué palos se siente más a gusto?

Depende del día, de mi estado de ánimo, de cómo me encuentre en ese momento. Me gusta mucho el flamenco y por lo tanto no me limito solamente en unos pocos cantes, me gustan todos. Me gustan mucho los tangos, las bulerías, las soleás, las seguiriyas…

¿Cómo ve el futuro del flamenco?

A mí me gusta vivir en el presente porque el futuro es incierto, no sabemos lo que va a pasar. En el flamenco vamos caminando, vamos trabajando, hay de todo un poco. El presente o el futuro da igual porque lo antiguo vale siempre y el flamenco siempre va a existir, siempre va a salir gente que cante para reventar, aunque los tiempos sean otros y no se cante con las mismas fatigas que hace unos años. Porque eso de que para cantar hay que pasar fatigas es verdad, no puedes cantar una letra por seguiriyas sin más, tienes que sentirlo de verdad y cuando lo sientes lo cantas de otra manera y se lo trasmites al público de otra manera. Con el paso del tiempo nuestra forma de vida es otra, vamos evolucionando.

  • ¿Cómo definiría su actuación en Valladolid?

Siempre que he actuado en Valladolid me he sentido muy querida, siempre me han tratado muy bien. Así que puse todo mi corazón e hice los cantes que en ese momento sentía, pues yo no soy de preparar nada (a no ser que sea un espectáculo preparado), voy cantando lo que voy sintiendo en ese momento. Por eso canté con el corazón en la mano, con mi verdad y con mi forma de expresarme.

Diseñado por Nubemedia.