El Festival Flamenco Tío Luis, el de la Juliana, que organiza el Colegio Mayor Isabel de España, de Madrid, presenta su programación para este año 2022, que se celebra del 3 al 5 de mayo, con las actuaciones de Pepe Habichuela, David Palomar, y Olga Llorente. El tradicional Premio recae en María Luisa Muñoz de la Cruz, presidenta del Patronato del Colegio, por su labor de apoyo, divulgación y promoción del Flamenco. El Premio Nacional de Literatura, Antonio Hernández escribe sobre la labor de Marisa en pro del flamenco. Foto @AngelesFilgueira Por la Iz. Antoniio Hernández, el flamencólogo fallecido, Manuel Ríos y Marisa Muñoz.
cada año un programa muy completo de lo más destacado en cante, baile y toque a un público universitario, con entrada libre hasta completar aforo. En esta edición especial, se premia la labor de Marisa Muñoz, presidenta del Patronato e impulsora del flamenco en la universidad. El festival ha programado para la ocasión un elenco de lujo, a partir de las 8 de la tarde. El martes, 3 de mayo, el guitarrista Pepe Habichuela. El 4 de mayo será el turno del cantaor David Palomar, y el 5 mayo, el baile de Olga Llorente. Después de la actuación de la bailaora, se hará entrega del Premio Tío Luis, El de la Juliana, a María Luisa Muñoz de la Cruz, por su labor de apoyo, divulgación y promoción del Flamenco.
Marisa es ideóloga, creadora e incondicional promotora del Flamenco durante más de 50 años, en un medio como es el universitario, tradicionalmente tan poco consciente de la importancia del Arte Flamenco para nuestro acervo cultural. El Colegio es Premio Nacional otorgado por la Cátedra de Flamencología y Estudios Folklóricos Andaluces de Jerez, en reconocimiento a la labor de divulgación llevada a cabo altruistamente desde 1968.
Pilar Sánchez, subdirectora del Colegio, comenta que “la Dirección del Colegio, junto con un grupo de colaboradores que nos han acompañado durante muchas ediciones del Festival, hemos acordado otorgar el premio Tío Luis, El de la Juliana de esta edición a Marisa Muñoz de la Cruz -continuando con el reconocimiento por parte de la Cátedra de Jerez- por la divulgación de este Arte en el marco Universitario de Madrid, constituyendo en el Colegio Mayor Isabel de España una sede de referencia y punto de encuentro para tantas personas, artistas y técnicos, que de una u otra forma están relacionados con este Arte Mayor, que tanto admiramos”.
Sobre la labor de Marisa Muñoz. Por Antonio Hernández. Poeta y escritor. Premio Nacional de Literatura. Premio Nacional de la Crítica
La obligación puede decir que hay que colgarse el fardo que quieras, pero sea tal que lo puedas llevar lejos. Y ese ha sido el mester magno -a pesar de lo popular de su realización- de Marisa Muñoz a lo largo, nada menos, de casi sesenta años. Yo no sé si nació en Madrid o si es andaluza pero como ambas Juntas gobernadoras son cuna y crecimiento del Cante Jondo, ambas le deben el reconocimiento en su propio terreno, es decir, en el teatro o un tablao, con la consiguiente medalla al mérito cultural por la entrega al arte, que en este caso es la vocación y efecto del folclore más popular y al mismo tiempo universal que hemos exportado los españoles: el cante y el baile flamenco regalados tan universalmente como nuestro otro gran tesoro: el idioma. Y si éste tuvo que servirse con trabajo inacabable y llevado a cabo por la oficialidad, este de nuestro folclore más constructivo por el trabajo generoso de personas excepcionales como las que los “cabales” admiramos a sabiendas de que son mortales, pero no en nuestras obras del espíritu o altavoces del mismísimo ejecutor sino de quienes los alientan para que las pasiones populares hondas formen también parte de nuestra universalidad. Y nuestras joyas del alma, que nos unifican y hacen que nos reconozcan en el mundo, son estas: las palabras con música o las figuras universales por los aires del mundo. Y esos oradores son los únicos capaces de persuadir siempre con el grito o su caricia, con sus palmas como almas acompañantes. Y Marisa, sabiendo que el orden es, junto con la generosidad, la primera ley del Cielo, sabiéndolo o inspirada por él, por lo de arriba, porque, como escribió Balzac, la pasión cantada es lo único absoluto de las cosas humanas si vienen en alas, por el aire, de la pasión que también puede ser parte del rezo. No sé quien dijo, o escribió, no sé, que la vida es entrega, y el esfuerzo purifica el deseo, donde hace nido el flamenco. Y sesenta años de entrega a nuestro segundo idioma universal, que conduce: ¿al cielo? Por lo menos a la alegría. Y siempre a cambio de nada.
Nuestra Marisa lo entendió pronto. Y durante más de medio siglo, en el Colegio Mayor Isabel de España, luchó para hacer felices a otros sin medios, acaso porque la generosidad y el trabajo gozoso son virtudes inseparables de la dicha, que es sensación de recompensa nacida de la virtud. Medio siglo la contempla enseñando la gloria sin cobrar la entrada.