Madrid es flamenco, y en Madrid, se encuentran los tablaos más famosos del mundo. Los tablaos como faros encendidos permanecen dando su luz a todas esas almas que necesitan sumergirse en el espíritu flamenco.
Hace tiempo que estos lugares dejaron de ser cita obligada de noctámbulos personajes dados a recrear sus sueños, que también tienen su sitio, para convertirse en generadores de ellos. El flamenco habita en sus escenarios y en sus ambientes creados a través de mucho arte a lo largo de los años, se suman ahora preciados cocineros y nuevas propuestas que abren sus puertas a nuevas experiencias para engarzar los sentidos con el sentimiento.
Es bien cierto que las más grandes figuras del flamenco pasan, pasaron y pasarán alguna vez por ellos. El nivel con el que los artistas se entregan en sus espectáculos hace que cada noche el flamenco, como un buen perfume, se pose en la memoria del espectador y su fragancia le acompañe durante mucho tiempo. Dejémonos llevar por la pasión, en Navidad la fiesta entra en nuestras vidas y qué mejor que sumarse a la fiesta que no cesa.
Tablaos, sentimiento y flamenco. Que todos los años traigan esto y salud para volver. Que no te lo cuenten, ¡vívelo!
