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Conversaciones con un señor del cante

Conversaciones con un señor del cante, Fernando de la Morena

 

“Al cante hay que llevarlo al borde del precipicio”

Fernando Carrasco Vargas, cantaor gitano más conocido como Fernando de la Morena, nació en Jerez de la Frontera (1945).  Aunque tardó en dedicarse profesionalmente al cante, lo traía aprendido de familia desde su infancia en el barrio de Santiago. Fernando, ha escuchado a varias generaciones de cantaores, como Talega, Mairena, Terremoto, Agujeta el Viejo o La Perla, y toda esa sabiduría se nota en su persona, en su cante. En esta entrevista que nos concedió en Madrid, se nos ha quedado grabada esta sentencia: “Al cante hay que llevarlo al borde del precipicio”.

Fotografia de Diego Gallardo.

Fernando, ¿Cómo encuentras en la actualidad el cante gitano, piensas que se le está dando la importancia que merece?

Las razas y sus costumbres se van extinguiendo, cada vez somos menos las personas  que mantenemos costumbres y formas añejas, de otros tiempos, y lo reflejamos en nuestra forma de cantar. No es que el cante tenga el peligro de desaparecer, afortunadamente, los jóvenes al menos en Jerez beben y mantienen la esencia. Se preocupan de que la herencia recibida no se pierda, sólo que estas personas que empiezan tienen un mundo entero por delante para poder madurar y cantar con sosiego, no vociferar y soltar un torrente de voz que llene la sala.

¿El cante se habla?

Efectivamente, yo ahora mismo tengo la voz tocada, pero el cante hay que hablarlo, masticarlo, cante corto y para atrás, llevarlo al borde del precipicio, mantenerlo en la cuadratura, a donde no haya más espacio. El misterio del cante está en cómo se cuadra, porque la música tiene esa esencia que es la cuadratura.

¿Entonces los cantaores que están ahora mismo, digamos en el candelero, se ajustan a estos criterios?

Al menos en mi tierra sí, o por lo menos lo intentan, es verdad que hay mucho gitanito…, yo lo observo, muchachos que se dedican a esto, que se están esforzando por conservar lo jondo, los hay también que llevan sus experiencias a músicas más modernas aunque han nacido en la lumbre más flamenca. Yo soy una persona curtida en lo añejo, antiguo, pero entiendo que haya espacios musicales diferentes y que los jóvenes los exploren.

¿Pero no abandonan la esencia, verdad?

Todas las vertientes musicales tienen su espacio pero el flamenco tiene un sitio único, me da mucha esperanza ver a los jóvenes volcados en mostrar el flamenco de raíz, atentos a que esto lo conozcan muchas personas que no han alcanzado la cultura musical que encierra el flamenco, lo están intentando, y a partir de este deseo pueden ver que les queda un largo camino. Yo cuando empecé tenía la fuerza pero no el conocimiento ni el cuajo. Parar, templar y mandar, como en el toreo, en el cante también es así.

Al flamenco han llegado otras músicas buscando o intentando impregnarse de la riqueza musical y cultural que lleva, ¿esto puede ser enriquecedor o contaminante?

Entre nosotros nos nutrimos de la memoria, en nuestra forma de vida la tradición tiene un lugar intocable y por lo tanto ser flamenco es una cosa que se lleva en la sangre, esto es así. El entorno en el que naces da una forma de ver la vida y de sentirla en la que el cante está siempre presente. Los gitanos hemos pasado muchas fatigas, carencias las hemos pasado todos, pero los nuestros las tuvimos que pasar en el campo, trabajando duro y eso ennoblece, e hizo que nos sintiéramos más unidos y volcar el cante con mucho sentimiento. El poder compartir estas vivencias con otras músicas es un placer y siempre será bueno intercambiar sensaciones, pero el flamenco que lo es, siempre será flamenco.

¿Corríjame si me equivoco, pero el cante gitano no esta tan presente en los escenarios como hace un tiempo no tan lejano, por supuesto que lo hay, pero no cree que debería tener más protagonismo teniendo en cuenta que su aportación al flamenco es fundamental?

El cante gitano es clave en esta historia y es cierto que quizás debiera estar más presente en determinados eventos. Nuestra cultura acarrea algo más que el cante y el baile, vivimos determinados momentos y vivencias excepcionales que deberían ya formar parte de la cultura  general y estar presente  de una manera más activa en el acervo cultural de este país, en el que de alguna manera todavía somos parte de una cultura de ocio y no una pieza clave en la historia de la cultura que enriquece y da brillo en tantas cosas. Tanto en el flamenco como en una forma de ver la vida,  somos diferentes pero con la alegría de compartir una experiencia llena de arte y sentimiento, ahora se dice que es patrimonio cultural de la humanidad, pero realmente es patrimonio de la orfandad. Los señores políticos se sirven del flamenco y cuando no les sirve pues tiran de otras cosas. El flamenco es una cultura que sale del pueblo y para el pueblo.

¿El cante se lleva o te trae?

El misterio del flamenco está en un hombre y una mujer que alumbran cuatro hijos. Los genes son imperecederos en el tiempo pero cada uno es único, es un misterio muy grande… el entorno donde se nace es todo, la limpieza del aire,  la forma de ganarte las habichuelas, las duquelas que acontecen en la vida, en definitiva hacerse flamenco no es nacer flamenco, en primer lugar es vivirlo, impregnarte de él en la vida diaria, beberlo, aprender de los mayores, que en nuestra cultura es la base fundamental del conocimiento.

¿Entra en sus proyectos grabar algún disco actualmente o algún tipo de documento que nos acerque un poco más al flamenco?

Estamos dándole vueltas a un asunto que puede ser interesante, se trata de hacer una grabación con temas nuevos y algunos extraídos de otras grabaciones, pero tú ya sabes, antes te pagaban por hacer estos trabajos y ahora se los tiene que costear el artista, con lo cual las cosas van despacio pero al tran-tran. En el proyecto está implicado José María Castaño, que es un gran amigo y un estudioso del flamenco que está haciendo mucho por su difusión. Es una pena que esté todo tan enrevesado, tan torcidito, a veces se te quitan las ganas de meterte en nuevos proyectos. Esta todo tan tieso…

¿El flamenco sería como lo conocemos ahora si no hubieran aportado los gitanos su forma de ver la vida y su arte?

No quisiera herir a nadie, los gitanos siempre hemos superado las fatigas y cantar con el alma es haberlas vivido. Transmitirlas de padres a hijos es como seguir escribiendo en el libro de la historia. Como un árbol que todos los años brota pero conserva la memoria, el cante nace de las fatigas y nosotros sabemos mucho de eso.

Fotografia de Diego Gallardo.

 

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