La bailaora Patricia Guerrero, ha sido galardonada con el Premio Nacional de Danza 2021, modalidad Interpretación. A Patricia Guerrero se premia su «personalidad y fuerza de su arte». Son los premios que concede anualmente por el Ministerio de Cultura, y está dotado con 30.000 euros. Recordamos esta entrevista y algunas actuacioens de la bailaora granadina: «En mi infancia siempre estuve en un ambiente flamenco, en primer lugar mi casa, mi madre también baila, vivir y ser de Granada…, mi primera escuela en el Albaicín, el baile siempre ha estado ahí, de una forma u otra me ha rondado siempre el baile y yo también le he rondado a él». Foto @JuanConca
¿Marca Granada es una forma de baile particular?
Sí, el baile de mujer tiene unos acentos propios de Granada, toda la influencia particular del Albaicín, los bailes que se hacían antiguamente en las cuevas, tienen un carácter fuerte y racial, el baile de la mujer tiende a ser lineal, se utilizan mucho los pies, los brazos, los giros, la cabeza, a diferencia del baile de mujer sevillana tenemos unos movimientos de caderas más suaves, también es verdad que de muy joven me fui a Sevilla y comencé a influenciarme de otras técnicas, pero el arte que se respira y te mueve aquí, no te abandona, yo siempre llevo a Granada en todo lo que hago, como cualquier artista que haya dejado caer sus pasos por aquí.
¿Quiénes han sido tus maestros o maestras?
La primera mi madre, luego estuve con una india americana comanche, que bailo con Manolete muchos años y se llamaba “La Presi”, con Luis de Luis también estuve bastante tiempo, con Manolete no fue muy continuo, pero también estuve con él, permanecí y me influyó mucho en mi manera, Mario Maya, allí en esa escuela de La Chumbera, fue uno de mis grandes maestros, tanto dando clases como en su vida artística, con diez y seis años ya trabaje en su compañía. Luego ya, cuando me vine a Sevilla estuve con Ruben Olmo, he ido alternando trabajos con aprendizaje, por supuesto los tablaos de Granada y Sevilla también han sido una gran escuela, pero he tenido la oportunidad de estar siempre con muchas y grandes figuras del baile, dando clases y compartiendo escenario, un aprendizaje continuo.
¿Cuándo llega el momento de dar todo lo que has aprendido, ya con un estilo propio, o más bien incorporando tus ideas sobre el baile?
Llega solo, el tiempo va marcando las pautas de tu propia transformación, de forma natural, por intuición , de tanto absorber de uno, de otro, vas depurando y germinando un estilo que desemboca en tu propia creación, siempre pensé a lo largo de mi aprendizaje y por la trayectoria profesional que llevo, que terminaría desarrollando mi baile a través de mi experiencia vital con él, ya no por desear que fuera diferente pero si por que fuese algo personal, que brota de mi misma, también desde mi encuentro con Juan Dolores “El Chino “ con quien di el paso de destapar mi personalidad bailaora, también porque me encontraba en un momento pleno de mi carrera y con la seguridad que da la experiencia.
¿Coreografiar es una necesidad?
Siempre he sido muy creadora, desde pequeña ya organizaba mis puestas en escena y eso ha ido creciendo en mi evolución, planteándome dar un sentido a mi baile, digamos que bailar lo bailo todo, pero sentía la necesidad de envolverme de un ambiente que mostrara algo más que mi baile, por ejemplo en Catedral ya incorporo a mas bailaoras, bailaores, dándole otro contexto.
¿Desde tu punto de vista, como encuentras el flamenco actual, cante, toque y baile?
Estamos en un momento muy creativo, la gente no tiene tanto miedo a arriesgarse, estamos más ligeros de peso y buscando nuevas maneras de expresión, ya nuestros maestros fueron y son los que sin miedo incorporaron iniciativas valientes, creativas, abriéndonos paso a todas las posibilidades que el baile atesora, el Flamenco está evolucionando muy rápidamente, en la guitarra el proceso es enorme, el cante quizás es el que está más anclado en sus orígenes, por su complejidad y porque es el recurso más natural al Flamenco, en cambio en el baile, existe una libertad muy grande de expresión, sus posibilidades son tan extensas como las músicas que pueda haber, el baile flamenco se ha universalizado y otras disciplinas de danza y baile se arriman para ampliar conocimientos, tenemos un arte tan particular y con tanta fuerza que cautiva y atrae a todo el mundo, al público y a otros músicos de diferentes tendencias.
¿Te gustaría bailar a alguien en particular, o te hubiera gustado?
Bueno… pienso algunas veces, que si hubiera nacido en la época de Camarón, en esa etapa en la que estaba por los tablaos, me hubiera encantado, un sueño. Y a Morente también me hubiera encantado haberle bailado, un gran cantaor.
¿Alguna fantasía que te gustaría realizar?
Fantasías tengo muchas, quizás me haría mucha ilusión bailar, tal como he contado de los anteriores artistas, que surgieran figuras de esa altura y poder poner mi baile a su arte, ¿a quién no le gustaría?, hace unos días estuve con Mayte Martin con un espectáculo en la Maestranza de Sevilla, y voy a continuar colaborando con ella, estas cosas son un regalo, trabajar con personas a las que admiras dejan una huella muy especial.
¿Dónde te gusta más bailar, tablaos, teatros, otros espacios?
Depende del día, los tablaos son como una casa, se comparte mucho y te sientes muy arropada, con más sosiego que en los espectáculos de más envergadura, pero los teatros… encontrarte con tanto público, esa sensación de tanto espacio es muy particular, especial, encontrarte tu solo, con la capacidad de centrar tanta atención con lo que haces, hay días que son brutales, una sensación única. Todos los sitios me gustan, a mí me sueltas en cualquier lado y algo sale, lo disfruto.
¿Crees que las instituciones deberían aportar algo más para ensalzar y promover la cultura, en este caso flamenca?
Sí, me parece que hacen falta más espacios en donde desarrollar todas las iniciativas artísticas que hay, un teatro fiel, un lugar fijo en el que poder germinar, perfeccionar, llevar a cabo trabajos artísticos que más adelante serán los que proporcionen esa marca España tan reconocida en todos los lugares del mundo, a veces es complicado incluso ensayar dependiendo de unas temporadas determinadas, aquí en Sevilla, en verano es difícil encontrar espacios. Se echan de menos lugares en donde se pueda experimentar, intercambiar ideas, trabajar en las áreas más creativas de la danza, del baile, en definitiva ayudas para que la creación no sea tan dolorosa y contar con apoyos que faciliten estabilidad y semillero artístico.
¿En qué proyectos andas que nos puedas contar?
Estoy involucrada en algunos para este año que me hacen mucha ilusión, como es el France Cap de Paris, un espacio cultural que hay allí y en el que vamos a dar vida a unos proyectos con Pablo Valbuena, un artista visual de Madrid y con el que estoy en residencia, y tenemos la intención de estrenar en abril, vamos también al SONAR, con una performance de cuarenta minutos pero muy interesante, luego tengo otro proyecto en el que estoy invitada por el Ballet Nacional en el Teatro de la Zarzuela , en julio, esto me hace particular ilusión artísticamente por estar también con uno de mis maestro, Rubén Olmo, continuo haciendo gira con mi espectáculo Catedral, y bueno ahí vamos, caminando sin pausa pero sin prisa.
Un consejo para los que comienzan…
Que disfruten de sus maestros, que absorban todo lo que sean capaces, que se queden con los pequeños detalles, que a veces pasan desapercibidos, buscar la esencia de cada uno porque es en definitiva su particularidad de la que te vas a nutrir artísticamente, escuchar mucho y en definitiva que seas buen aficionado, sea lo que sea lo que te guste, profundizar en las cosas y no quedarte en la superficie, ese es mi consejo.