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Miradas Flamencas, la Muestra de Flamenco, de Vallecas de la Comunidad de Madrid celebrará su sexta edición dedicada a la pareja de artistas andaluces en cuatro fines de semana del 15 de noviembre al 14 de diciembre Hace cincuenta años el álbum Nuevo día se convirtió en la piedra de toque del llamado Nuevo Flamenco. Era el debut discográfico de Lole y Manuel, la pareja que revolucionó el flamenco durante la Transición española: nuevas letras, guitarras potentes y la voz de Lole impulsaron cambios profundos en el arte jondo, con los que conectaron enseguida figuras como Camarón de la Isla y Enrique Morente. La Muestra de Flamenco de Vallecas Miradas Flamenkas de la Comunidad de Madrid, dirigida por Paloma Concejero, conmemora esta fecha en una emocionante edición que contará con la presencia de la propia Lole para clausurar el festival y de su hija Alba Molina, y en la que el recuerdo y homenaje a la pareja de artistas andaluces permeará los conciertos y la exposición de esta sexta edición. Ocho espectáculos, cuatro de ellos estrenos absolutos, se celebrarán del 15 de noviembre al 14 de diciembre en el Centro Cultural Pilar Miró de la barriada de Vallecas. Además de Lole y Alba Molina, actuarán los bailaores Aitana Rousseau y José Manuel Álvarez, los guitarristas Víctor Iniesta (fundador de Elbicho) y Luna La Hara y los cantantes Lucas Bun y Blanca La Almendrita. PROGRAMACIÓN COMPLETA En la sexta edición de Miradas Flamenkas el público comprobará cómo ha calado el legado de Lole Montoya y Manuel Molina en artistas muy jóvenes y de perfiles muy diferentes, pero con un denominador común: tenerles como referente al compartir su espíritu innovador. Como Lucas Bun que abre la muestra el 15 de noviembre con Todavía, primero de los cuatro estrenos absolutos. Descubrimiento de la pasada edición del Benidorm Fest, donde quedó finalista, y devoto total de Lole y Manuel, Bun presenta un espectáculo puente entre sus propias composiciones y las versiones que inminentemente publicará. Entre los sonidos electrónicos en que suele desenvolverse y la guitarra flamenca y el compás.
Anatomía del límite es el primer espectáculo en solitario de la joven bailaora almeriense Aitana Rousseau, que presenta el 16 de noviembre. La valiente propuesta de esta artista, que en 2022 recibió el premio Bailarina Sobresaliente en el Certamen Coreográfico de Madrid, nace de una época de fragilidad interior, del desarraigo que generó abandonar su origen para abrirse camino en el flamenco. Habla justamente de la necesidad de establecer límites a una misma para no perderse.
Aunque de origen brasileño, la guitarristaLuna La Hara se aficionó al flamenco gracias a un disco de Paco de Lucía que le había regalado su padre. Se mudó a España hace dos años y estrena en Miradas Flamenkas (22 de noviembre) Al Turāth, un recital íntimo en el que recorre las canciones del álbum La rubia y la lluvia. Además, homenajeará a Lole y Manuel con dos canciones y estrenará el tema inédito que da título a su espectáculo que va y viene por el flamenco con composiciones originales teñidas de jazz y world music.
Víctor Iniesta, uno de los fundadores del mítico grupo Elbicho, estrena, en la muestra, su homenaje a Lole y Manuel enClaveles y rosas (23 de noviembre), un título tomado de la letra de la canción Alegrías de la Lole, incluida en el disco Pasajes del alma. Su fusión musical que parte del flamenco, los ritmos africanos y el rock, recorrerá temas propios y alguna de las canciones del dúo andaluz.
Alba Molina, hija de Lole y Manuel, grabó su primer disco a los veinte años, Despasito, producido por su padre y Alejandro Sanz. La profunda vinculación con sus progenitores la expresó en tres álbumes posteriores y vuelve a mostrarla en el concierto que ofrece en Miradas Flamenkas el 29 de noviembre, con un repertorio de temas de sus padres, en versiones muy especiales, acompañada al piano por Álvaro Gandul.
El baile de José Manuel Álvarez remeda la acción de la toma fotográfica enCaptura y fuga (30 de noviembre), un homenaje al fotógrafo suizo René Robert, fallecido trágicamente en una calle de París en el año 2022. Robert retrató a importantes artistas flamencos entre los que se cuentan Camarón y Paco de Lucía. El escenario es un laboratorio donde los movimientos del baile se disparan, en una sucesión de imágenes impactantes, acompañadas por proyecciones de esas instantáneas y composiciones musicales que combinan sonidos del flamenco tradicional con texturas electrónicas. Delirio es el título del disco y del espectáculo que la cantante jienense Blanca La Almendrita presentará el 13 de diciembre. En su música, el flamenco se mezcla con el beat, el quejío con sonidos árabes y tintes de rock psicodélico impregnan las canciones. Una propuesta emergente e innovadora, que se presenta en Miradas Flamenkas en una formación de cuarteto.
Despedida a lo grande la de Miradas Flamenkas el 14 de diciembre con el que será el concierto más esperado, el de Lole Montoya y el álbum fundacional de Nuevo día. La cantaora sevillana, hija de Juan Montoya, bailaor, y de Antonia Rodríguez ‘La negra’, cantaora y bailaora nacida en Argelia, repasará los temas más importantes de esta obra de ruptura y otros que junto a su compañero, fallecido hace diez años, han marcado la música española y el flamenco.
Desde finales de los años sesenta y durante la década de los setenta, Sevilla se había convertido en capital de la contracultura y el movimiento jipi gracias a las bases de Rota y Morón de la Frontera. La música andaluza empezó a contemplar la fusión con sonidos anglosajones por la música que llegaba de dichas bases. Así pasó con Smash, el primer grupo musical de Manuel Molina, que consigue hacer un hit del garrotín, género flamenco llevado al rock and roll. Poco después, gracias a Lole y Manuel, de la mano de Gonzalo García Pelayo y el arreglista y también productor Ricardo Pachón, se consiguió que lo que había nacido como un fenómeno local se extendiese ya a toda España. En el mismo momento en el que se decía adiós a la guerra de Vietnam, en España explotaba el romanticismo naturalista y el mensaje pacifista de dos gitanos que, en su primer disco, titulado Nuevo día, estaban llamados a dar el primer golpe sobre la mesa del Nuevo Flamenco.
Lole Montoya y Manuel Molina abrazaban la tradición, pero su espíritu aventurero les animó a probar con nuevas letras de la mano del poeta Juan Manuel Flores y del propio Manuel, también poeta; frente a lo oscuro por entonces de los textos flamencos, en estos se enarbolaba un canto gigante a la naturaleza y a la vida. De la mano de Pachón se atrevieron, además, a experimentar con los sonidos e introducir instrumentos como el mellotrón, popularizado, por ejemplo, por los Beatles en su Strawberry fields forever. Toda una revolución en el lanzamiento de un trabajo que también miraba a Pink Floyd en su forma de tratar las guitarras reforzando ecos y reverberaciones. Y por encima de todo, el protagonismo de una voz única, la de Lole, muy diferente a lo que por entonces se estilaba en el flamenco. De la luz que emanaba de ella a la garganta arenosa de Manuel. Era la conjunción perfecta que traería consigo el dúo. Ya estaban puestos los cimientos para todo lo que habría de llegar.
Su primer trabajo, Nuevo día, ha sido destacado, a menudo, como el primer “best seller de lo jondo” y desde luego forma parte importante de la memoria sentimental de los españoles. |






