La semana del 10 al 16 de junio vistió de flamenco a la ciudad del Pisuerga, con la celebración de la XVI edición de las Jornadas Flamencas Ciudad de Valladolid. Por Fernando Pastor. Foto Rocío Segura, por @PabloGestoso
Su inauguración corrió a cargo de Antonio Manuel, Doctor en Derecho, profesor de Derecho Civil en la Universidad de Córdoba, autor de numerosas publicaciones y activista social, que impartió una conferencia atípica y de gran calidad en la que desgranó parte del contenido de su libro Flamenco, Arqueología de lo jondo, en el que se mete en el alma del flamenco y lo desentraña, abordando el origen y el contexto de este arte, poniendo el acento en la etimología de su vocabulario (palos, artistas, expresiones…), con sus implicaciones culturales, históricas y sobre todo humanas. Y lo que es más importante: su concepto, en cuanto expresión de los perseguidos y desheredados, su acto de rebeldía frente al poder. Esos marginados y perseguidos son árabes, judíos, gitanos y negros, lo que explica el mestizaje de este arte.
La conferencia constituyó todo un espectáculo, ilustrado con la actuación de la cantaora Sonia Miranda y el guitarrista Antonio Carrión.
Las otras conferencias impartidas durante estas jornadas corrieron a cargo de José María Castaño, Juan Vergillos y Cristina Cruces. Todas ellas con la temática que ha inspirado esta edición de las Jornadas: la mujer en el flamenco.
José María Castaño, escritor, periodista e investigador, dirige el programa Los Caminos del Cante, en la emisora Onda Jerez. Bajo el título “Mujerez, 10 años después”, habló de la perspectiva histórica de la mujer en el cante de Jerez, hablando, en cronología descendente, desde las más antiguas hasta la actualidad: María la Jaca, La Cerneta, La Pompi, Luisa Requejo, Isabelita de Jerez, La Paquera, María Soleá, María Terremoto, o Lela Soto, etc.
También habló del disco “Mujerez”, una de las producciones más importantes relativas a la participación de las mujeres en el flamenco, que cumple 10 años desde su publicación, y que reunió a voces como Juana la del Pipa, Dolores Agujetas y Tomasa “La Macanita”, proyectando videos de sus actuaciones al tiempo que José María Castaño comentaba las características de cante de cada una de ellas.
Juan Vergillos, licenciado en Filosofía y Ciencias de la Información, flamencólogo y escritor, disertó sobre “Pioneras, heterodoxas y flamencas”. Reseñando las figuras femeninas más relevantes en el arte flamenco en su época inicial de los cafés cantantes, centrándose sobre todo en el baile. La conferencia fue ilustrada con grabaciones videográficas de las primeras filmaciones de baile conocidas.
El calificativo de hetrerodoxas estaba motivado por la exposición de conductas como las observadas por “La Cuenca” bailaora que se vestía de hombre y hacía pareja con otras bailaoras representando un papel típicamente masculino, zapateando al bailar la soleá (estaba mal visto que zapateara una mujer). Salud Rodríguez, Carmen Dauset o La Quica” también actuaron de esa forma heterodoxa. Y eran heterodoxas también en su vida privada: se comportaban con mayor libertad, viajaban por todo el mundo… no ajustándose a la imagen que se tenía de la mujer en esa época, siglo XIX. Carmen Dauset, que fue la primera mujer en el mundo que aparecía en una grabación videográfica, llegó a denunciar en Estados Unidos a su representante y a quienes la habían contratado .
Cristina Cruces, catedrática de Antropología en la Universidad de Sevilla, bajo el título genérico “La mujer en el flamenco” quiso reivindicar el papel de las mujeres en este arte. Se refirió a las desigualdades de poder existentes en un mundo masculinizado, desde la época de los cafés cantantes, en los que participaban muy pocas mujeres, pese a que la imagen icónica del flamenco sea una mujer (una bailaora), a las letras que hablan de la honra y otras valores que distinguen entre mujeres buenas y mujeres pérfidas, las diferencias entre hombres y mujeres en aspectos como la ejecución de bailes y cantes, el estilo, los códigos, etc.
Según indicó Cristina Cruces, la escasa representación femenina como guitarristas se debe a una cuestión de poder (los guitarristas tenían gran presencia en la escena pública, con poder organizativo, etc.) pese a que se ha querido encubrir con argumentos de carácter físico como la menor fuerza física, dolores de espalda e incluso que los pechos le dificultaban para acoplar la guitarra a su cuerpo.
Finalizó Cristina Cruces indicando que con el tiempo las mujeres han ido teniendo más poder y protagonismo, surgiendo figuras como Pastora Imperio, Carmen Amaya y sobre todo pastora Pavón La Niña de los Peines.
Cristina Cruces también presentó su libro “Flamenco, negro sobre blanco”, en el que recopila sus investigaciones realizadas durante 20 años, en capítulos como “Bibliografía Flamenca”, “Expresiones Musicales”, “la Investigación sobre el flamenco”, “Neoflamenco” y “El flamenco en el cine”.
El protagonismo de Cristina Cruces en esta edición de las Jornadas se completa con la recepción del Premio José Manuel Capuletti que cada año se entrega como reconocimiento a una personalidad distinguida por su defensa del flamenco.
Las actuaciones musicales corrieron a cargo de artistas de la talla de Rocío Segura, Encarnación Fernández, Inés Bacán, Luis Perdiguero y Esperanza Fernández, que protagonizó la gran Gala de las Jornadas.
Como es habitual, las Jornadas se cerraron con las pruebas selectivas para el Festival Internacional del Cante de las Minas (a celebrar en La Unión (Murcia) a principios del mes de agosto) en las modalidades de cante, toque y baile.
Este año además tuvieron el colofón de una sesión dirigida al público infantil bajo el título “Al compás del flamenco”, con la pretensión de enseñar los secretos de este arte, cómo surge, quiénes son los protagonistas e incluso las características que distinguen cada palo.
Como en ediciones anteriores, durante las Jornadas se desarrollaron cursos prácticos de guitarra y de baile, impartidos por Antonio Carrión y Estela Sanz respectivamente.