Aprender: instruirse, estudiar, educarse, aplicarse, asimilarse, cultivarse, cursar, empollar, formar, ilustrar, penetrar, practicar, preparar, profundizar, repasar, ejercitarse. Reconocer: admitir, acatar, aceptar, asentir… y así, hasta conseguir fortalecer el músculo de la reconciliación con nuestro pasado y presente, nuestra cultura, nuestra personalidad. Por Mª Isabel R. Palop. Periodista especializada en flamenco @palopflamenco
Multitud de acepciones verbales para un mismo impulso, una misma causa. Y ese, inteligente ejercicio, es el que se ha puesto en marcha en Extremadura, tras el acuerdo entre la Universidad de Extremadura y la Diputación de Badajoz, para crear, al fin el primer Aula Flamenco de esta comunidad autónoma. Un marco donde conocer (y reconocer) el desarrollo, compás, evolución del cante y baile por Jaleos extremeños; redescubrir la historia e identidad de la Extremadura flamenca; los Tangos de Badajoz: su desarrollo, evolución y características; cante, guitarra y baile de los vestigios de los Jaleos…, dando cabida, además, a la importancia de los instrumentos melódicos en este arte flamenco universal, siempre ávido de experiencias y nuevas fuentes de riqueza sonoras. Un ‘Aula Flamenco’ que no deja de ser una de esas ‘cuentas pendientes’, que tiene Extremadura con su propio arte, a pesar del esfuerzo, año tras año, de instituciones como la Junta de Extremadura, guardianes del arte como las Peñas Flamencas o pacientes abnegados como los aficionados, que sustentan con su asistencia y aliento, a la proyección y reconocimiento de nuestros artistas; o a la propia existencia y subsistencia, de unos cantes autóctonos, que si no llega a ser por el flamencólogo Paco Zambrano, aún estarían zampándose unos y otros amparados en los que algunos artistas llamaban ‘tangos canasteros’.
Un Aula con el objeto «de difundir y potenciar en el ámbito de Extremadura la cultura flamenca y su mundo; potenciar además una línea docente e investigadora de temática flamenca en el ámbito universitario e interesar a colectivos universitarios y no universitarios en la vertiente didáctica y pedagógica del flamenco» como publicó la propia Universidad.
Conferencias ilustradas, que arrancaron el pasado mes de octubre, como ‘El Cante y el Baile Flamenco extremeño’ a cargo del bailaor Jesús Ortega y el maestro Zambrano, con la colaboración de artistas históricos del flamenco extremeño como Alejandro Vega, El Peregrino, el toque de Juan Vargas, junto a emergentes, muy a tomar en serio, como Manuel Pajares o José Gómez ‘Fefo’. Didáctica y práctica para otra de las conferencias de este Aula, como la ofrecida por Ostalinda Suárez, la primera mujer gitana licenciada en flauta travesera del panorama europeo, y actualmente, directora de la Escuela Municipal de Música de Zafra, y rama, de una de las familias que más gloria está dando al flamenco, y a la música en general, los Suárez.: ‘La presencia de los instrumentos melódicos en el flamenco actual’ a la que acompañó Juan Manuel Moreno, un guitarrista que aporta ‘frescura y vanguardia’, y que además compone, canta, e investiga. ‘La guitarra’ y ‘Los cantes de laboreo’ por Perico de la Paula y Antonio Alcántara respectivamente, remataron este Aula que nace sin complejos en una región, demasiado acostumbrada, a vivir con ellos.
Volver a clase y además, de la mano del flamenco, es de esas pequeñas grandes cosas, que a cualquier aficionado, nos hace, sencillamente, más felices. No hace falta terminar este artículo asegurando, que todas las conferencias tuvieron tal éxito de asistencia, que a cualquier enamorado de esta tierra y de su flamenco, se le podían haber saltado las lágrimas. A la que les escribe, le faltó poco, ya que como aficionada y moderadora de las conferencias me rozó en más de una ocasión el escalofrío que precede al brote de sentimientos, pero logré contenerme. Hoy, mientas escribo este artículo, no. Y dejo que mi sonrisa ilumine cada párrafo por la satisfacción de comprobar que el primer paso ya está dado. Ahora, a seguir construyendo una escalera de aciertos, peldaño a peldaño.
Llenemos ésta, y todas las Aulas flamencas, Cátedras, y Seminarios que se pongan en marcha. Que no haya ninguna excusa para no volver a clase y encontrarse con el flamenco, como asignatura pendiente.
Difundamos, en esta ocasión desde Extremadura, y potenciemos nuestra cultura flamenca y su mundo; hagamos más gruesa una línea docente e investigadora de temática flamenca en el ámbito universitario, y fomentemos la curiosidad por este arte, entre colectivos no universitarios y universitarios.
Volvamos a clase a compás, con todo ese esfuerzo y esos conocimientos, que el cantaor Calixto Sánchez, hace años, supo apuntalar en la escuela de Andalucía. Que aunque estas horas y estos ratitos, sin precio, ‘no lo pague Luis de Vargas’ sea, al menos, un buen tiento para seguir avanzando.