En primer lugar como Director del Instituto de Cultura Gitana, Fundación Pública del Ministerio de Educación, Cultura y Deportes me gustaría felicitar a todas las personas que colaboran en la revista Zoco Flamenco , felicitación que quiero extender a todos los lectores. Por Diego Fernández. Director Instituto Cultura Gitana Diego. Foto Las mujeres de la Peña Tío José de Paula en Jerez @IsadelaCalle
Cada día son más las personas en el mundo que aman el Flamenco, y ello no solo por la declaración de la UNESCO (Nairobi, Noviembre 2010) como patrimonio inmaterial de la humanidad, sino porque durante muchos años, grandes artistas y compañías han sido los mejores embajadores españoles por el mundo actuando en multitud de ciudades, hasta tal punto que en muchas de ellas es imprescindible la programación anual de una temporada flamenca por la demanda del público. Ello ocurre en muchas ciudades de Europa, de EE.UU o de Japón, y actualmente se extiende a Sudamérica ( especialmente Brasil ) y a diferentes países árabes e India donde estoy convencido que en los próximos años asistiremos a la implantación de un mercado permanente de muchos millones de aficionados. Por eso el flamenco es la industria cultural dinámica más importante de España en el mundo y forma parte de la Marca España porque identifica a nuestro país. Aunque no se hayan hecho estudios rigurosos sobre este tema el flamenco es un pilar fundamental del Producto Interior Bruto y complementa nuestra oferta turística, artesanal, académica por lo que se hace imprescindible la puesta en marcha de un plan estratégico global.
El Instituto de Cultura Gitana hace algunos años efectuó un manifiesto cuyo lema era “Somos gitanos, somos flamenco”, que fue firmado por muchas personas, gitanos y no gitanos, que defendemos que el flamenco tiene unas raíces gitanas evidentes. Desde las primeras referencias históricas a lo largo del siglo XVIII, que señalan a las familias gitanas, como quienes han mantenido y expresado los sonidos flamencos y quienes han impregnado este arte de una filosofía especial en el que se siente la pasión a borbotones en las letras, en la estética de lunares y volantes con pendientes de aros grandes o largos hasta la garganta y los ojos profundamente negros y misteriosos, en las voces rasgadas y profundas como salidas de la historia haciéndonos vivir un viaje en el tiempo donde el único ritmo lo marca el compás del corazón.
Los gitanos nos sentimos orgullosos de que esta aportación cultural que hemos efectuado al patrimonio cultural de todos los españoles sea reconocida como patrimonio de la humanidad. Creo, sinceramente, que vivimos uno de los momentos más importantes del flamenco desde su nacimiento y que debemos cuidar este tesoro inmenso para que pueda ser aprehendido en todo su esplendor. Ello exige no solo conocimientos sino también inversiones públicas y privadas y sobre todo, entendimiento entre los diferentes actores que forman parte del espectáculo. Así conseguiremos que el flamenco sea no solo un elemento que vertebra la cultura española sino un camino económico para muchos sectores sociales. Permítanme despedirme con el saludo tradicional del Pueblo Gitano: “Sastipen thaj Mestepen”, Salud y Libertad.