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La Macanita o la grandeza del flamenco: XXV Premio Tío Luis, El de la Juliana

El flamenco es un arte grande y esa grandeza la expresan de manera palpable alguno de sus artistas. Anoche esa grandeza la sostuvo como una gran columna de mármol La Macanita, cantaora divina, dotada de jondura, sensibilidad, autenticidad y pureza. Por Rosa Pérez Riesco. Fotos: Demetria Solana

 

La voz de La Macanita se extendió como una onda volcánica por las paredes del recogido auditorio de un Colegio Mayor, que es destacado núcleo cultural de la ciudad universitaria de Madrid, el Isabel de España, con casi 60 años a sus espaldas de programación de flamenco jondo. Anoche se pudo ver a chavales de no más de 20 años exaltados con los ecos remotos, jondísimos, de la cantaora jerezana, que vino muy bien acompañada por Manuel Valencia, a la guitarra; Chicharito de Jerez, Manuel Macano y Javier Peña, a las palmas y el compás; y Carlos Merino, a la percusión.

La Macanita estuvo redonda, espléndida en su madurez cantaora, entonada y dándolo todo. Magistral Manuel Valencia, con su toque jerezano al más puro estilo gitano. Y los palmeros, qué decir de los palmeros, un trío dotado de gracia que supieron levantar a los presentes con su compás por bulerías.

La Macana comenzó con un cante de trilla, para seguir con una soleá para la historia, temple, sabiduría y emoción que dieron el primer puntillazo en el corazón de los presentes, un público heterogéneo formado por jóvenes colegiales, maduros peñistas, seguidores de La Macana, flamencos de la cava y algún hípster en busca de lo auténtico.

Anoche se vivió la esencia de Jerez en Madrid de la mano de sus más altos representantes. El fin de fiesta por bulerías alegró al auditorio, con esa alegría jonda e inocente, liberadora, y que esponjó el corazón dañado por una seguiriya anterior, que Tomasa Guerrero transmitió sin concesiones, con todo el sabor a sangre en la boca.

El fin de la velada llegó con el Premio Tío Luis, El de la Juliana a la insigne Tomasa Guerrero La Macanita, por el que se reconoce la sabiduría, maestría, arte, transmisión y trayectoria de una cantaora única, dotada y respetuosa con la tradición más pura de Jerez.

Espectáculos como el de anoche hacen entender fácilmente porqué el flamenco es lo que es: Patrimonio de la Humanidad, un arte grande que cuando se da, no hay dudas ni diferencias en las opiniones. Es un dardo cargado de sentimiento que hiere para siempre. Dulce veneno.

25 años del Premio Flamenco Tío Luis, el de la Juliana

El Festival Flamenco Tío Luis, el de la Juliana, es único, ejemplar y singular por destacadas razones. Se trata del festival flamenco más veterano de la Comunidad de Madrid; además es un festival privado organizado en el ámbito universitario, por el Colegio Mayor Isabel de España, con el objeto de difundir el flamenco en la Universidad; y, así, por sus paredes han sonado los ecos más profundos y sobresalientes de varias décadas de flamenco. Podríamos alargarnos en todas y cada una de las razones que hacen especial y relevante este festival, pero mencionaremos solo su esencia y filosofía que es la de promover el flamenco en la Universidad. La honda afición y el amor al flamenco de la presidenta del Patronato del Colegio, María Luisa Muñoz de la Cruz, sirven de faro permanente y foco de expansión del mejor flamenco en el corazón de la Ciudad Universitaria de Madrid desde hace casi 60 años.

Efectivamente, el Colegio Isabel de España lleva impulsando el flamenco desde su fundación en 1956, pero es a partir de 1970, cuando, junto al Colegio hermano San Juan Evangelista, se da a conocer su programación, a través de destacados recitales, entre los que destacan el que dio José Menese en 1970 junto a Melchor de Marchena; y el de Enrique Morente con la guitarra de Antonio Piñana. Desde entonces las grandes figuras del flamenco han pasado por su auditorio: Manolo Sanlúcar, Paco de Lucía, El Lebrijano, José de la Tomasa, Juan y Pepe Carmona, Manuela Carrasco, José Mercé, Chaquetón, Vicente Soto, Carmen Linares, El Pele, Vicente Amigo, Chano Lobato, Jerónimo Maya, Enrique de Melchor, María Vargas, Blanca del Rey, El Güito, Manolete, Serranito, Mayte Martín, Juan Vargas, Esperanza Fernández, Carmen Cortés, Concha Jareño, Mercedes Ruiz, David y Alfredo Lagos y un larguísimo etcétera, que no es otra cosa que la historia del flamenco del siglo XX y XXI.

El Premio Tío Luis, el de La Juliana, como tal, parte de la iniciativa en 1999 del periodista, escritor y flamencólogo Manuel Ríos Ruiz, que lo propuso en recuerdo de Tío Luis, el de la Juliana, primer artista flamenco del que se tiene noticia, que vivió en la segunda mitad del siglo XVIII en Jerez. El primer Premio se concedió al año siguiente, en 2000, a la cantaora María Vargas. A partir de este año, entró a formar parte de la organización del Festival el flamencólogo Ángel Lacalle, hasta 2011, año de su fallecimiento.

Los artistas premiados durante todos estos años forman ya una larga lista, a los que el colegio ha querido reconocer su sabiduría, maestría y arte. Por orden cronológico se ha galardonado a la mencionada María Vargas, Manuel Santiago “Manolete”, Calixto Sánchez, Luis Pastor, Inés Bacán, Fernando Terremoto, compartido a los guitarristas: Víctor Monge “Serranito” y Jerónimo Maya, Carmen de la Jara, Canela de San Roque, Eduardo Serrano “El Güito”, Manuel Moreno “El Pele”, Toni El Pelao y La Uchi y el Premio póstumo a Ángel Lacalle; Miguel “El Funi”, José Luis Montón; Paco de Lucía y Félix Grande, Premios póstumos; Esperanza Fernández; Miguel Vargas;  Manuel Ríos Ruiz; Blanca del Rey; Cristina Hoyos y Manolo Sanlúcar, Premio póstumo; Marisa Muñoz de la Cruz;  Carmen Linares. Y este 25 Premio que se va a conceder el 24 de abril a la gran señora del cante de Jerez, Tomasa Guerrero “La Macanita”.

Como podemos ver, la historia del flamenco en Madrid no puede entenderse sin la aportación de este Colegio Mayor al engrandecimiento y difusión del flamenco; a su hondo respeto por este arte universal y el vivo ímpetu que desde hace décadas le ha llevado a organizar de manera altruista este auténtico “cuarto de cabales” acercándolo así a los colegiales y universitarios. El amor a la cultura, desde el conocimiento, ha impulsado igualmente sus famosas tertulias flamencas donde han participado destacados poetas y flamencólogos, como Félix Grande,  Francisca Aguirre, Antonio Hernández, Ángel García, Caballero Bonald,  Fernando Quiñones, Manuel Ríos…  Por todo ello, el Colegio Mayor Isabel de España puede sentirse orgulloso de ser un espacio único y especial donde se disfruta del flamenco con veneración y respeto, y de haber iniciado en este arte universal a miles de chavales en los inicios de su vida universitaria.

Como dice Marisa Muñoz, el Colegio ha sabido trasladar al ámbito universitario “lo que ya hacían poetas como Félix Grande, Manuel Ríos, Antonio Hernández, Ángel García, Caballero Bonald o Fernando Quiñones… hacer presente el flamenco en el mundo de las letras, del arte, del saber y del conocer, hacerle un hueco permanente en nuestro Colegio Mayor, hacerlo presente y vivo en el mundo universitario”.

 

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