Ha fallecido el gran maestro, bailaor y coreógrafo, Toni el Pelao uno de los mayores exponentes del baile flamenco de Madrid. Su maestría, pureza y elegancia en el baile por Farruca y Romeras lo vertía en las clases semanales que ofreció hasta sus últimos meses en la Academia Amor de Dios de Madrid. Gran conversador, amigable, enciclopédico y con tanta experiencia adquirida sobre los escenarios de todo el mundo, que era un auténtico placer compartir con él un café en su taberna preferida, Los Chanquetes, donde se le podía encontrar al acabar sus clases. Foto @JorgeSánchez
Con la muerte de Antonio Manzano Bermúdez, Toni El Pelao, se ha ido parte de la historia del baile de Madrid. Tetuanero de pro, amigo de sus amigos, maestro y artista inconfundible, sobrio, de la vieja escuela macho, bailó por todo el mundo, y mucho en su Madrid natal, en todos los tablaos flamencos, en su época dorada, en los teatros, auditorios y salas. Se recuerdan sus últimas actuaciones en Casa Patas o Conde Duque, en las que mostró su conocimiento, arte, solemnidad y sobriedad sobre un escenario, y es que su secreto estaba en “contener la sangre”. Fiesta en el cielo, llegó Toni con su farruca. Descanse en paz toda la eternidad.
Conde Duque 2016 https://www.youtube.com/watch?v=SSxqvU93NJU
Casa Patas 2017 https://www.youtube.com/watch?v=ZKFNPMhas64
Entrevista, mayo 2016, realizada a Toni el Pelao y su mujer, La Uchi por Juan José Leonor
“Hay que saber contener la sangre y mantenerla en su sitio”
Solo con verles caminar se aprecia que el arte está en sus pies y la historia lo confirma.
Antonio Manzano Bermúdez, cuyo nombre artístico es Toni El Pelao, nació en el muy madrileño barrio de Tetuán de las Victorias. Nieto de El Pelao Viejo, sobrino nieto de El Gato, hijo de Juan El Pelao, sobrino de El Fati y Faíco, y casado con La Uchi, en 1965, forma su propio grupo junto a su mujer, recorriendo y llenando de flamencura los rincones más dispares del planeta.
– ¿Después de tanto tiempo avivando la llama del baile, cómo lo encontráis actualmente?
El Pelao: Yo lo veo muy fusionado, hay mucha técnica y es lo que buscan los nuevos alumnos que llegan a nuestras clases, nosotros pretendemos colocarlos, alzar los brazos, que consigan componer lo que el flamenco tiene de majestuoso y el saber estar frente a un público al que se le debe mucho respeto.
– ¿Vosotros tenéis la llave de la farruca, ¿va a continuar alguno de vuestros hijos dando a conocer las claves de este baile?
La Uchi: No, nuestros hijos han tomado otros caminos y sí tienen conocimientos y llevan el compás dentro, pero debido a la cantidad de giras en las que estábamos inmersos, ellos se quedaban en el colegio. Con el tiempo yo también pensé que estaba bien que hicieran con sus vidas algo distinto, a pesar de que el baile y el arte es lo que más me emociona.
– ¿Se baila la farruca actualmente?
El Pelao: Sí se baila pero le falta esa solemnidad que la caracteriza. La farruca es en sí un baile teñido de seriedad, melancólico y estático, esto lleva a estar muy contenido y ajustarse a un compás muy concreto. Además de mantener una estampa y un saber pasearse por el escenario. Con este baile llevo yo, los setenta años que tengo y son pocos los que consiguen reflejar su esencia.
– ¿Tú también la enseñas Uchi?
No, no me deja El Pelao, la farruca es un baile masculino, hubo dos mujeres que comenzaron a bailarla, una fue La Tanguera y otra Carmen Amaya, además la enseña él en sus clases y con uno es suficiente.
– ¿Cuáles con los bailes en los que mejor os sentís?
La Uchi: Me piden y hacemos tarantos, seguiriya, soleá, bulerías, tangos, me siento bien en todos, pero vamos improvisando según los ánimos y las niñas que vengan ese día a clase. Me gusta meter un poco del aire de la farruca, que levanten los brazos y sitúen las manos.
El Pelao: Un baile que nosotros hacemos en pareja es la caña, que muy pocos la bailan ahora mismo.
– ¿Cómo está el panorama actual en el aspecto de galas, festivales, tablaos?
El Pelao: Pues está un poco triste. La verdad es que no se apuesta por dar a conocer el flamenco que lleva con nosotros toda la vida. Lo que ofrecen no motiva para salir a un escenario con la ilusión y el sentido artístico que nosotros tenemos. Somos los herederos de una larga tradición y conservamos el espíritu de un baile que puede desaparecer, quedan algunas familias que lo mantienen, pero en general se tiene poco apoyo y después de una vida tan intensa dedicada al baile, pues si hacemos algo será porque nos compensa y nos llena, tanto económica como personalmente. Nosotros cuando salimos a bailar damos algo más que baile, le damos la atmósfera que el flamenco necesita, presencia y majestad.
– Habéis compartido escenarios con lo más granado del flamenco y con personas ilustres que os tenían una gran admiración…
La Uchi: Compartir, con casi todos los grandes. Hemos coincidido con Frank Sinatra y Tom Jones. Tenemos muchísimas anécdotas, pues fueron grandes giras y de mucho tiempo, en los tablaos entablamos mucho con Camarón, en Torres Bermejas, qué gran persona y qué gran artista, callado y humilde, sin perder esa actitud que solo conservan los sabios, los que son poseedores de una fuente de arte. Con el tiempo te vas dando cuenta de que la gente que más “ronea” es la más liosa, la que te embarca en cosas que ni te van ni te vienen.
– ¿De dónde proviene la farruca, Pelao?
Se dice que viene de Galicia, probablemente de los bailes populares tradicionales, ya sabes que también se dice de las personas “echás palante”: ¡No te me pongas farruco! Como alguien que se envalentona, provocador. Este baile no se acompañaba de cante, algunos la cantaban, como Antonio el Sevillano, la incorporó al cante para escuchar, también lo hacia El Piri, un cantaor también de Tetuán, que le cantaba a Antonio el bailarín los martinetes. Llamada, desplante, postura, estos son los fundamentos de la farruca y con lo sencillo que aparenta ser hay que saber contener la sangre y mantenerla en su sitio.
– ¿Cómo ves las programaciones que se dan últimamente en Madrid.
No solo en Madrid, en general hay figuras que se llevan un gran caché y no queda margen para promocionar o consolidar a los representantes con más solera en este arte. Tenemos un gran tesoro y me temo que no está valorado, no como lo hacen en otros lugares, en los que aprecian y entienden que el artista es el cofre en donde se guardan las esencias, el único exponente de un arte que viene de muy lejos.
– ¿Tenéis proyectos para darnos una alegría y poder disfrutar de vuestro arte?
Es posible, no hay nada en concreto pero sí tenemos la intención de estar con el público madrileño. De momento estamos con nuestras clases y lo que tenga que venir lo iremos baldeando según venga, si se dan las condiciones adecuadas y los escenarios que se nos ofrecen son los idóneos. Pelao y Uchi ahí estaremos.
Esto es una pincelada de una conversación mantenida y que daría para escribir un libro, pues Toni El Pelao y La Uchi son enciclopédicos, grandes conversadores y con tanta experiencia adquirida sobre los escenarios de todo el mundo, que esperamos, en otra ocasión, poder abordar estos temas flamencos y humanos con más detenimiento. ¡Grandeza y majestad del Baile!