Hace unos días nos ha dejado Vicente Martínez García, motor de los Magos, ese grupo de «Flamencos Trashumantes de Madrid», por el que transitaban aficonados y artistas, desde Enrique Morente a Juan Verdú, desde Carmen Linares a José Manuel Gamboa, Pepe Habichuela, Estrella Morente, Juan Luis Cano o Paco Almazán. En su memoria, publicamos este texto que escribió de puño y letra el propio Vicente para nuestra revista nº 8 (Junio 2016): «Dónde comienza el sentido del sonido, el sentimiento, la convivencia, la cultura… dónde comienza mi flamenco, mi camino…» Vicente, gran conversador, erudito a su modo, amante y divulgador del flamenco. Todo un personaje del flamenco de Madrid. Siempre en nuestro recuerdo. En la foto de @PacoManzano Vicente, con sombrero, junto a Gamboa.
Tal vez escuchándolo de la radio cuando era niño en el taller de guarnicionería de mi padre, en Alcázar de San Juan. Pero es seguro que aprendiéndolo de mi maestro Manolo de Badajoz, tras comprar en mi casa una guitarra a plazos por ochenta pesetas, nueve años tendría. O de joven, en Sevilla, en mi bar “La fragua “, donde sonaba más blues y jazz, aunque la influencia del flamenco estaba ya conmigo, sonaba en mis oídos, lo sentía en el alma.
Y ya en los setenta, recién llegado a Madrid, había muchas cosas que hacer, una de ellas seguir escuchando el cante, mi flamenco, necesario como el vaso lleno al sediento, como la máscara de oxígeno al piloto de altura.
Pero es en los ochenta, cuando se monta la tertulia. Recalamos en “La Carcelera” (C/ Monte de León). Por allí, entre los que nos reuníamos al cante, pasaron nombres reconocidos como “Caobo”, Pepe Habichuela y Carmen Linares. Más tarde regento el bar “Doña Concha” (C/ San Andrés). Ahora es a mí a quien le toca coordinar, tomando los jueves para nuestras reuniones. De aquí recuerdo a “Gitano de Bronce” y su pariente “Manuel Agujetas “, al guitarrista norteamericano David Servia, Antonio Benamargo, y tantos otros.
Sin apoyo institucional, ni mecenas, ni sponsor, hay que cambiar de sitio, como cambian los contratos, los alquileres… la vida. Sólo la amistad, la unión de gustos y voluntades, la coordinación hace que el grupo se mueva en trashumancia para disfrutar del flamenco. Y así, pasamos al “Café de Silverio” C/ Manuela Malasaña). Allí Silverio, de ascendencia italiana y cantaor por afición, acogió al personal de “La Carcelera” y “Doña Concha” programando el cante flamenco que yo defino “Escolástico”, es decir, hay que escuchar en silencio absoluto, con todos los sentidos. Mejor ni toser. Recuerdo que cuando murió su hijo se tiró toda la noche cantando por seguiriyas, palo de cante al dolor y a la muerte.
En “La Rosa” (Plaza Dos de Mayo), los lunes continuamos unidos al cante y a la guitarra. De esta etapa tengo un especial recuerdo por Estrella Morente, que se incorporó al Grupo.
Tiempo después, traslado a “El Mago” (C/ Velarde) los miércoles. Allí interactúan Poveda, Marina Heredia, Isidro Sanlúcar, Arcángel, Estrella Morente y se une el hijo adoptivo de los gitanos del Sacromonte, el norteamericano “Pollito de California”. Enrique Morente también se dejaba caer a echar el ratito con nosotros. Y otro salto, esta vez al “Hotel California” (C/ San Vicente Ferrer), al bar “El Dos de Mayo”, en la plaza del mismo nombre y tras unos meses de temporada continuamos en “La Vaca Austera” (C/ La Palma) donde nos asentamos dos años los de antes y algunas incorporaciones. Recuerdo a Rafael Riqueni, “Chato de la Isla “ y “Rancapino”.
En el año 84,con el periodista y flamencólogo, o mejor dicho, musicólogo popular Paco Almazán, organizamos un festival flamenco en el que actuaron, entre otros, Carmen Cortés, Ramón el ” Portugués,” “Serranito” con su grupo, Carmen Linares, Pepe Habichuela y más.
Y de nuevo traslado a “El Barco” ( C/ Barco) para pasar a “la Leyenda” ( C/ San Bernardino). Aquí estuvimos un año con el sobrenombre de “Los Magos”, cantaores y guitarristas, José Manuel Gamboa, Carlos Herrero, Salva del Real, Juan Verdú, Faustino Nuñez, etc.
La trashumancia continúa a salto de la pulga, traslado a “La Ferroviaria” (C/ Breton de los Herreros), más tarde a “Fun House” (C/ Palafox). Regreso a la C/ Monte Leona a “Me Encanta”, aquí un recuerdo a Tonino Carotone que acude a cantar con “Los Magos”.
Ahora estamos en “El Pez Eléctrico” (C/ del Pez) los miércoles a las once.
Nos hemos saltado algunos sitios y muchos artistas. Disculpas por nuestros fallos de memoria, pero algunos de ellos han desaparecido y otros han cambiado de ciudad. Hemos estado en unos sitios unos meses, en otros unos años. Cortas y largas temporadas con epicentro en la plaza del Dos de Mayo. Hemos pasado del flamenco escolástico al flamenco humano, a veces demasiado humano, donde como en sus orígenes, se interactúa con el público y donde a veces una parte de éste no guarda el tono necesario para los otros ( público y artistas), pero sigo mi camino, mi camino flamenco. A veces lento, a veces rápido como El Fernando “Liebre de Cartagena”.
Os esperamos a todos los que gustéis, los miércoles a las once horas en “El Pez Eléctrico”.*
Se hace camino al andar, como dijo el maestro D. Antonio Machado». Por Vicente El Mago.
*. (En la última fase, los Magos volvieron a la Plaza del 2 de Mayo, en esa itinerancia bohemia y pertinaz, esencia de los mejores flamencos)