Miguel Poveda, una de las voces imprescindibles del flamenco actual, en plena madurez artística, presenta el 19 de mayo en el Fórum de Burgos su espectáculo Diverso. Un concierto muy esperado que desplegará todo su carisma, arte y emoción.
- Estás en un momento de especial actividad … ¿cómo te encuentras en lo personal y lo artístico?*
Estamos en un momento de vuelta a la vida, volviendo a las giras, a encontrarnos entre compañeros. Pronto llenaré la maleta para viajar a Burgos (Fórum, 19 de mayo), dentro de la maleta llevo un saco de ilusiones, de amor, de esperanza y sobre todo de vida, de volver a los escenarios, que a mí me da vida.
La música flamenca que es la que más me gusta del mundo… y mi espíritu libertario, que hace que incorpore otras músicas a mi repertorio. Me siento cada vez más desprovisto de prejuicios y de miedos ….
- Cómo es tu nuevo trabajo “Diverso”, ¿se nota la huella de la pandemia en el aspecto creativo?
Sí. Yo he sacado su lado positivo. Necesitaba ese tiempo de reflexión, que mi cabeza y mi alma parasen. Pero claro, el parón ha tenido un precio muy alto. La incertidumbre, la impotencia ante lo que estaba pasando, cómo poder ayudar a escala global… Al final eliges el momento positivo. Mirar hacia dentro, autoanálisis, reflexión, así dirigí el foco, la mirada, al mundo, al planeta entero. Y en ese mirar al planeta, sentí un gran compromiso en el deber de cuidarlo. En esa mirada también estaba presente no poder viajar, la angustia. Con lo que a mí me gusta viajar, tanto por la música como por el viaje en sí… la riqueza de otras culturas, ir siempre con los ojos y el alma abiertos de par en par. He necesitado abrazarme a través de la música, cambiar el rumbo de lo que había. Al encender la televisión no podía ser que todo fuera el horror de la muerte, la enfermedad, el enfrentamiento del ser humano contra el ser humano. Un ambiente muy radicalizado, cada vez más lejanos, y encerrados en nuestras casas. Por eso pensé en este disco porque creo que la música, que el flamenco, tiene ese poder de abrazarse y de viajar. Esa ha sido la finalidad del disco: un viaje y un abrazo a través de la música con otras culturas.
- Y en todo este viaje, en todos esos países a los que homenajeas, ¿qué valor se le da al flamenco?
¡Hay una gratitud y un respeto tan tremendos hacia a nuestra música! El flamenco se aprecia mucho. Y es algo recíproco, a mí me encanta su música y les tengo una gratitud inmensa. Ese entusiasmo que muestran hacia nosotros es una de las causas de cantar lq música de estos países, es como devolverles ese amor que nos tienen.
En general, yo creo que el público le da valor a la música flamenca, afortunadamente. Y los espectadores son de todas las edades, de todas las culturas, de diferentes ideologías… en definitiva, sí, hay un público para el flamenco. Otra cosa son las instituciones en España, la conciencia de nuestros mandatarios no es la misma que en otros países, que tienen un gran respeto hacia su propia música, la cuidan, la exportan… En nuestro país, no. Estamos bastante abandonados por parte de los responsables culturales. Deberían tomar conciencia de la magnitud artística del flamenco, una expresión que enamora al mundo. A estas alturas no habría ni que explicárselo…
- Hablas de la libertad en tu último disco, ¿es que el flamenco encorseta?
No. El flamenco es libre. Encorseta el ser humano. El flamenco es libre como lo ha sido siempre. Libre y diverso, las formas cantaoras de Jerez con las de Sevilla, o con las de Utrera…, la forma de cantar de La Paquera o la de Valderrama; de Camarón o de Morente… y todas son igual de válidas. Y ese es un gran valor, ese abanico abierto, la paleta de colores, los diferentes estilos. En el flamenco hay diversidad y riqueza, y siempre lo ha habido, somos nosotros los seres humanos nuestros propios enemigos.
- Un género que has interpretado con gusto es la copla, ¿vas a seguir incluyéndolo en tu repertorio?
El gusto por la copla en España ha estado cargado de prejuicios y asociado a la dictadura, que por cierto modificó las letras para que solo se hablara de la bandera, de la patria. Pero la copla, ya en los años 20, del siglo pasado, hablaba de temas tabúes, de temas muy valientes. Y desde luego, no se puede considerar un género menor. La aportación de la copla a mi cante lo ha engrandecido. Los textos de Rafael de León son una maravilla, es uno de los autores españoles más grande de la historia de la música, o la música del maestro Quiroga.
En México no entienden que la ranchera sea un género menor, o los tangos, en Buenos Aires. Hay que despojarse de prejuicios para poder disfrutar de la música y de la vida. (* Extracto de la entrevista a Zoco Flamenco en febrero 2022)
